Liarse la manta a la cabeza
22/02/2014

Por Higinio Medina

Se mascaba la tragedia en el Estadio de Gran Canaria. Un partido anodino como tantos, hacía que muchos se frotaran las manos por la pieza que suponían se les serviría en bandeja de plata. Pero hete aquí que cuando menos se esperaba llegó la reacción ansiada; se liberaron tensiones, probablemente porque ya daba igual y cualquier esquema preconcebido no tenía sentido. Había que tirar de casta y se tiró. Había que liarse la manta a la cabeza y se lió. Atrás quedaron 80 minutos en los que el equipo jugaba como casi siempre y el peor de los presagios iba camino de convertirse en realidad, y no nos referimos al cese del entrenador, nos referimos a la derrota que esta vez sí dejaría tocado a los amarillos. Porque no debemos olvidarnos que el mal del entrenador es el mal del equipo, lo mismo que sus aciertos son el bien para el equipo. No terminamos de entender que se cuece, pero sí entendemos que quién inicia un trabajo es quien tiene que terminarlo salvo incapacidad manifiesta, y éste no es el caso.

En los momentos difíciles es cuando se necesita el apoyo y no la indiferencia. El equipo está mal en muchos aspectos y como a cualquier enfermo hay que ayudarle para que supere el trance. Lo que pasa es que esto es fútbol y cualquier análisis lógico no tiene cabida. No sería un mundo éste para el señor Spock.

Muchos rumores se acallaron esta noche al ver cómo se festejaban los goles en el terreno de juego, pero ¿seguirán acallados mañana?. Esta semana cuando coincidíamos con alguien y hablábamos sobre la Unión Deportiva Las Palmas, era raro no oír comentarios sobre quién iba a ser el sucesor del entrenador; parecía que ya estaba todo decidido, incluso aún ganando. La verdad es que podemos analizar una situación, dar nuestra opinión, reflejar nuestras sensaciones, pero siempre teniendo en cuenta el grado de subjetividad que conlleva, porque si algo tenemos claro es que son los responsables del club quienes toman las decisiones y a nadie más compete, por lo tanto todo lo demás es todo lo demás.

Es evidente que hay mimbres para salir del "socavón" que prácticamente deja en entredicho el ascenso directo, pero se sigue peleando por estar ahí y como mínimo llegar a la promoción. No es fácil, se ha complicado bastante, pero es ahora, como decíamos anteriormente, cuando se hace más necesario el apoyo incondicional de todos los que sienten en amarillo. Entendemos que se deben dejar atrás filias y fobias y remar, eso sí, en la misma dirección; esa misma dirección que tomaron los suspiros de alivio que fueron desde el palco, al graderío. Desde el terreno de juego hasta una gran mayoría de aficionados que se encuentran por los más recónditos rincones del planeta. La unión suele ser decisiva en estos casos por mucho que pese en algunos cenáculos. De hecho el primer nombre del equipo grancanario es Unión.

 

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