Por José Hernández
Cuando Sergio Lobera dio su bendición a la plantilla que se confeccionó para esta temporada, asumiendo toda la responsabilidad en cuanto a la posibilidad de éxito de la misma, tuvo al mismo tiempo que asimilar que afrontaba un reto complicado, dado que tanto "gallo en el corral" podía revertirle como un dardo envenenado. Es difícil, y se nos antoja que la carga es muy pesada para un míster con poco bagaje como el que tiene el actual técnico de la U.D. Las Palmas, porque para entrenar no sólo hace falta todo lo que se aprende en el curso, sino también experiencia y mucha, mucha mano izquierda, sobre todo con una plantilla del perfil que tiene la Unión Deportiva.
Manejar a este grupo de jugadores es complicado. Hay mucha veteranía, muchos jugadores que se resisten a la suplencia porque saben que están en sus últimos años de carrera deportiva, y la experiencia nos dice que esa resistencia al banquillo, y en algunos, al ocaso, los convierte en personas conflictivas, sobre todo en caliente. Si en la grada, cada aficionado es un entrenador en potencia, imagínense en el vestuario, donde los suplentes creen que merecen la titularidad, y en un momento determinado se rebelan contra el técnico, después de guardar la apariencia durante algún tiempo, hasta que estalla.
El último incidente entre Nauzet Alemán y Sergio Lobera en el vestuario ratifica lo dicho anteriormente, y es una muestra de esa tensión. Lo malo, lo que realmente es perjudicial, es que el incidente llega en momentos claves de la temporada, donde hace falta la máxima unión. Ellos, jugadores y técnicos, piden a la afición el apoyo, la fusión en un proyecto que necesita la máxima cohesión, pero esa unión ha de partir desde la propia caseta.
Las Palmas, pese a los últimos tropiezos, pero es la plantilla la que tiene que dar el puñetazo sobre la mesa, y demostrar que su fama de "mejor plantel de la categoría" es realidad. Le queda varias finales por delante, y el objetivo del ascenso es viable, en una temporada con tantos altibajos, que cada encuentro es una incógnita. Ahora, Real Zaragoza. ¿Qué pasará? Vaya usted a saber.