Diego Rivas es consciente de que, tras el partido de este domingo, "al final esa última jugada te deja con el sabor más agrio que dulce, pero durante el partido estaba contento". Sin embargo el meta no pudo obviar la tristeza que siente por el resultado del choque, ya que entiende que "había transmitido seguridad" durante el choque, "pero es una pena esa última jugada". Aun así, el portero quiere seguir trabajando para ponerle las cosas difíciles a Roberto Gutiérrez, quien no pudo disputar el partido ante el Jaén por un proceso febril.

"Pongo los brazos ahí, en ningún caso para agarrarlo sino para protegerme. Lo último que quería era tener un choque busco con él y que el árbitro pudiera interpretar penalti. Trato de protegerme pero creo que de 100 penaltis así me pitarán uno y tratar de que ese uno por ciento posibilidades de que lo piten no dárselo al árbitro. Entiendo que su labor es difícil pero nunca tengo intención de empujar", dijo.

Más información en Deporpress.com