Por José Hernández
El partido que disputará el sábado la UD Las Palmas y el CD Tenerife tiene muchos atractivos, y los tres puntos tienen un alto valor a estas alturas de la temporada, tanto para uno como para otro equipo. Si los consigue el cuadro amarillo las opciones para meterse en plaza de ascenso directo siguen en alza, con el convencimiento de que alcanzar al Eibar puede ser factible de alcanzar, y para los blanquiazules, la victoria les permite seguir en la pelea por una plaza en la promoción, aparte de la reacción necesaria a dos derrotas consecutivas, que tal como está la clasificación, supone retroceder varias plazas en la clasificación. Además, el triunfo será un balón de oxígeno para aquel que lo logre, que a falta de tan pocas jornadas (cinco) para el final, viene como "agua de mayo".
La Unión Deportiva tiene una deuda pendiente con su afición tras el partido de ida, en el Rodríguez López. Allí, los de Álvaro Cervera le dieron un repaso a los hombres de Sergio Lobera, superándolos en todo, con un 3-0 inapelable, aunque es cierto que el partido se rompió tras la injusta expulsión de Mariano Barbosa. Pero los errores en el campo y en decisiones del técnico, permitió a los tinerfeños volar sobre los grancanarios, en un derbi decepcionante desde el cuadro de éstos últimos. Ahora tienen la oportunidad de reponer el castigo que le dieron a la afición.
Una afición que vestirá de gala el graderío del Estadio de Gran Canaria. La noche del 10 de mayo será una de esas en que el fútbol acapara la atención del Archipiélago, y es el momento en que la UD Las Palmas tendrá que demostrar su vitola de ser uno de los clubes con mejor plantilla de la categoría corresponde con la realidad. No caben excusas, y si se pide a la afición que se vuelque con el equipo, éste tiene que hacer el máximo esfuerzo durante los noventa minutos para corresponderla.
Se nos viene el recuerdo de aquel gol del argentino Bruno Marioni, cuando el Tenerife estaba prácticamente descendido, y la Unión Deportiva a punto de mantenerse, pero aquel tanto encauzó también la pérdida de la categoría de los amarillos en la temporada 2001/2002. Fernando Vázquez, ahora en el banquillo del Deportivo, no logró la ansiada salvación, y a la semana siguiente, en Anoeta, se certificó el descenso. Muchos se acuerdan de aquella aciaga tarde en el Estadio Insular, y el desquite de aquel mazazo está aún por llegar. ¿Será este sábado?. Lo sabremos al borde de la media noche, cuando ya la jornada dominical estará a punto de aparecer.
