Un gol huérfano desata el éxtasis
11/05/2014

Fotos: C. Torres

Manuel Borrego

El nombre de Vicente Gómez nunca caerá en el olvido. Habrá más derbis, se consultará en el futuro el historial de los encuentros, se hablará de los partidos y de las sensaciones, del anecdotario del mismo. Y se recordará al centrocampista zurdo de Gran Canaria que marcó en el minuto 90 el día que se batieron todos los récords de audiencia en las gradas. El gol de Vicente levantó emociones como aquel más reciente de Marcos Márquez, cuando sin "tiempo para más" cabeceó también a las redes blanquiazules para evitar una derrota que se transformó en empate y algarabía. Si ese 1-1 del ariete andaluz desató la euforia en proporciones descomunales, esta victoria -con todas sus connotaciones clasificatorias que atesora- remueve el corazón de los amarillos. Detrás del gol de Vicente hay una galería de imágenes emotivas; a Xabi Castillo se le quitó el dolor de su lesión, Lobera y su séquito técnico explotaron joviales como niños el Día de Reyes, el banquillo y los jugadores de campo sacaron fuerzas para dar el unirse al grito potente de las gradas, en el palco se desbordaron las formas, ... nadie siente indiferencia ante un momento tan supremo como el que se vivió este sábado, al filo de las 22.50 horas en el Estadio de Gran Canaria.

Vicente Gómez es el hombre que marca poco (cinco goles) y que tiene su sello en doce puntos de la vigente campaña en la que la UD Las Palmas se ha situado en posición de asalto a la Primera División, con apenas cuatro jornadas para completar el calendario. Ese instante de éxtasis no es solo la consecuencia de una victoria en el partido deseado, el de la máxima rivalidad. El derbi es la excusa en realidad. La alegría del gol de Vicente no es exclusiva para una apetencia de victoria el día de encuentro entre miembros de un mismo vecindario. Pretende ser el impulso trampolín definitivo, el partido bisagra tras el que la UD Las Palmas coge carburante para presentarse el 2014-15 en la competición estelar.

En apenas un mes sabremos con exactitud qué valor tiene este cabezazo de Vicente, que resolvió para Las Palmas un encuentro de tensiones y sin ocasiones. Sabremos si ese tanto hace mejorar, por inercia, las prestaciones futbolísticas del candidato que rara vez en la competición se ha expresado en plenitud de facultades. Vicente marcó su tercer gol en apenas seis días. Pensó primero en la alegría de toda la parroquia grancanaria por el triunfo en el derbi, transmitió luego el malestar de su ego por estar de nuevo relegado cuando es una de las armas fuera de control para los equipos rivales y reflexionará a partir de mañana mismo cuando en sus cálculos pueda evaluar la verdadera transcendencia de buen cabezazo que no pudo rechazar Roberto.

Ese gol huérfano tiene una alta carga emotiva, pero no puede caer en el anecdotario. Es aire de Primera que ha empujar la nave de los amarillos. Ese viento, con el otro dato que pasa de puntillas (la portería de Barbosa a cero), hay que cogerlo a toda vela.

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