Por José Hernández
Eran los minutos en que los casi dos mil aficionados del Tenerife trataban con sus cánticos dar el último aliento a sus jugadores para salvar ese punto por el que habían venido a luchar. Se estaba a punto de sacar el luminoso indicando los cuatro minutos de añadido, pero llegó la cabeza de Vicente, con un remate preciso al fondo de la portería de Roberto, que mando a callar..., como si fuera el comandante Che Guevara, en la canción del compositor cubano Carlos Puebla.
Fue un partido intenso, poco vistoso, eso sí, y simplemente porque el Tenerife se salió con la suya, de forma especial en el primer periodo, en que impuso su juego, acumulando hombres en el centro del campo, no permitiendo que los amarillos se acercaran a su área, tratando de sorprender a la UD Las Palmas en el contragolpe, pero ni aún así, Barbosa ni Roberto tuvieron demasiados sobresaltos. El espectáculo se encontraba en las gradas, con dos aficiones volcadas con su equipo, aunque obviamente se hacían notar más los vestidos de amarillo. Es normal, casi treinta mil sobre un poco menos de dos mil. Por mucho ruido que hicieran...
Pero en el segundo tiempo, con los cambios realizados por Sergio Lobera, el panorama cambió. La verticalidad de Vicente por el centro, la profundidad de Masoud por la banda izquierda, abrió la lata cerrada a cal y canto por los chicharreros. Cierto es que Las Palmas asumió más riesgos, jugando al limite en el fuera de juego, y los blanquiazules lo intentaron queriendo explotar la velocidad de Suso, pero la defensa estuvo muy acertada, y cuando no ahí estaba la seguridad de Mariano Barbosa.
No podemos hablar de méritos, ni desméritos. La UD salió a por el partido desde el primer minuto y lo logró en el último suspiro del encuentro. El Tenerife salió a por el empate y lo consiguió durante 89 minutos, y hay un célebre dicho, de que el que mucho especula, la mayor parte de las veces pincha, y eso le pasó a los de Álvaro Cervera. No sabemos, y la verdad, tampoco nos preocupa, como le sentará esta derrota, pero si creemos, y es lo que nos interesa, que a la Unión Deportiva le puede venir bien, pero al agónico triunfo de anoche tiene que continuar con un triunfo en el Alfredo Di Stefano la próxima semana, ante el filial del Real Madrid.