T.A.

El ataque del Real Madrid Castilla encontró todo tipo de facilidades este domingo. Romper las líneas de la UD Las Palmas resultó realmente cómodo para el conjunto blanco cuya virtud en el partido fue transitar con rapidez y verticalidad para llegar al área. Allí, una vez y otra, los zagueros grancanarios tuvieron que afrontar ataques rivales en igualdad de efectivos.

Fruto de ello pudo llegar el gol del empate, obra de William. Idéntico número de zagueros y atacantes esperaban acontecimientos y el rechace de Barbosa, en situación de equilibrio podía caer en dirección a cualquiera atacante blanco.

La laxitud defensiva para la presión en todas las parcelas del campo, añadida a la lentitud en el repliegue, hicieron que durante cuarenta minutos Las Palmas fuera un juguete en manos del equipo filial, que llevó cuatro veces el balón a las redes de Barbosa (uno anulado).

En el segundo tanto blanco, además, hay un error en el marcaje y un resbalón de David García en una jugada que se inicia a balón parado, a saque de banda. La finalización del 2-1 se produce en el área pequeña de Barbosa, con idéntica cantidad de rematadores como defensa.

Porque el equipo de Lobera se partía con suma facilidad, apenas enlazaban dos pases verticales sus oponentes. El portero se empleó a fondo para evitar una derrota más holgada, que ya pudo producirse en el primer sector del partido. Los sucesos de la segunda parte, no obstante, responden más a la apuesta ofensiva de los amarillos, que abandonaron posiciones defensivas en busca de un empate al menos, que no se produjo.