Terminaba el encuentro contra la Ponferradina y en plena alegría por la clasificación y cuando los colegiados ya habían abandonado el escenario, el guineano Bouba Soumah -luchador del CL Almogarén- saltó al campo desde una de las plateas. Su objetivo: la camiseta de Maky. No sabemos si era una apuesta pero el sonriente Bouba consiguió la prenda del no menos sonriente Maky. Corrió veloz, más que los defensas bercianos. Y posaron los dos deportistas africanos.
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