Un futbolista siempre lo es. Por eso este martes Quini no se pudo resistir en el entrenamiento que el Sporting de Gijón realizó en las instalaciones auxiliares de Barranco Seco, el último antes de jugar el miércoles en el Estadio de Gran Canaria. El Brujo se reencontró con su amigo el balón y probó con él. Una manera más de soltar tensión, porque su procesión también va por dentro. El conjunto gijonés se juega mucho en esta eliminatoria, donde hay muchos cabos sueltos para los dos equipos.
La tentación del Brujo
10/06/2014
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