La esperanza de la UD Las Palmas en El Molinón pasa por repetir ante el Sporting el primer tiempo del pasado miércoles, en la búsqueda del gol que su rival no logró cosechar en Gran Canaria. La eliminatoria puede teñirse así por completo de amarillo
M.B.
Pase lo que pase, este Sporting-UD Las Palmas es de los partidos que pasan a las hemorotecas con un marcado en rojo. Ocurra lo que ocurra tendrá trascendencia para la temporada; no es el encuentro decisivo de la campaña, es la cita que da paso a él. Y es un partido para que los nombres que Josico Moreno escriba en la pizarra de su vestuario pasen también a la historia del club amarillo, porque la clasificación hipotética de la UD Las Palmas tiene olor a hazaña de época. Acude a él con un mínimo 1-0, pero lo hace midiéndose a otro club señero y ante una de las aficiones más cálidas del fútbol español, que arropará al Sporting contra todo tipo de tempestades.
Las Palmas ha de jugarlo como lo hizo en el Gran Canaria: con corazón ardiente y cabeza fría, porque en él sufrirá momentos malos -los propiciará un impulsivo Sporting que anuncia oleada desde el minuto 1-, instantes de dudas y también fases de lucidez canaria, porque si la UD Las Palmas ha llegado hasta a las puertas del ascenso no es debido al azar sino a aportar una serie de bondades futbolísticas que han pesado lo suyo en estos meses para ser aún candidato al ascenso.
El primer tiempo del pasado miércoles es el modelo correcto para los intereses grancanarios; la segunda parte de ese mismo partido es el molde que pretendería repetir el Sporting para voltear la situación. En cualquier caso, con indiferencia de lo que pinte cuando el balón eche a rodar, lo que no debe faltar en el campo es la entrega y la fe en el éxito. Porque sin ella, los hombres de Josico estarían perdidos.
El Sporting parte en el segundo round con un déficit. No pudo marcar en Gran Canaria y ese detalle puede tener un precio muy alto si Las Palmas actúa con buen criterio y logra marcar en Asturias. Si lo hace antes, la eliminatoria puede volverse totalmente de amarillo.
¡Que no les falte el aliento!. Tras ellos, miles de amarillos están a la espera de confirmar que 2014 es el año. Y ya está a las puertas.