Manuel Borrego

Los cimientos de las eliminatorias 2014 por el ascenso a Primera División están localizados en el rigor táctico y el sacrificio de los protagonistas del mismo. Apenas cinco goles en cinco partidos resume todo lo demás. En la primera tanda de cruces, los equipos que ganaron firmaron a domicilio el pase. Eso lo ha de tener en cuenta la UD Las Palmas en los escasos días que restan para el domingo, para que no logre el Córdoba repetir en Gran Canaria lo que ya consiguió en La Condomina llevando allí un 0-0 desde la ida.

El empate sin goles es un resultado que mantiene la esperanza para los dos equipos. ¿Quién jugará con los nervios del rival en el choque decisivo?. Si el Córdoba quiere regresar a Primera División después de 42 años tendrá que firmar un Maracanazo auténtico en la isla, donde le espera un horno amarillo este próximo domingo. Las Palmas tiene que aprovechar, por su parte, que el factor ambiental rara vez juega en contra del anfitrión, aunque ejemplos de hazañas similares a la realizada en 1950 por Uruguay ante Brasil también las hay en todas partes del planeta fútbol. Valerón conoce la gesta deportivista en la Copa de 2002, en el mismísimo Bernabéu del Real Madrid.

La paciente afición de la UD Las Palmas no se merece un disgusto de esta magnitud. Todos los que acudan el domingo al Estadio, en las gradas y en el césped, han de echar el resto, respetando al máximo a un rival que se ha ganado con todos los honores llevar hasta aquí su condición de aspirante al ascenso, que la mantiene en todo lo alto antes de visitar el Gran Canaria. Si Las Palmas tiene viva la esperanza del éxito, el Córdoba no se queda atrás. Desmerecer sus opciones, jugarle sin inteligencia táctica y sin vaciarse en el campo, es un cepo que se activaría con este marcador-trampa.

Lo que no vamos a restar tampoco es el mérito de los jugadores de Josico-Guerrero en el campo de batalla. La UD Las Palmas que actúa en esta promoción de ascenso es otra completamente distinta a la Liga. Desde Barbosa a Aranda, por citar los miembros del once titular, están dando lo mejor de sí en el empeño de alcanzar el éxito del que les habló el presidente Miguel Ángel Ramírez. Esa manera de combatir en el terreno de juego ha rescatado el orgullo de protectores en el consejo e hinchas en las gradas. Espera el mayor de los premios que ahora el club podría imaginar. Lo tienen a 90 minutos y quedarán estos jugadores para siempre en la leyenda de un club que también nació respetando y haciéndose respetar.

Así sí, UD Las Palmas.