Walter Pico, por quien la UD pagó 127 millones en 1996, es el único precedente en un viaje La Bombonera-Insular hasta la llegada de Sergio Araujo. El club xeneize ha estado casi siempre fuera de mercado para el representativo grancanario
Manuel Borrego
La relación de la UD Las Palmas con el fútbol argentino es intensa desde la fundación en 1949. Los jugadores del Cono Sur americano y en concreto de la República Argentina han sido los refuerzos principales del representativo grancanario a través de distintas etapas. Sergio Ezequiel Araujo, el jugador cedido por Boca Juniors, alcanza el número 45 de la cantera albiceleste que llega hasta el representativo de Gran Canaria, si bien otros jugadores probados o tentados no llegaron a defender la elástica amarilla como él hará en 2014-15. Además, Araujo rompe un vacío que se había originado en la plantilla porque no tenía jugadores extranjeros desde la marcha al Sevilla de Mariano Barbosa.
La procedencia del pibe Araujo es la de un club de una extraordinaria fábrica de futbolistas, especialmente en el juego de ataque, inalcanzable a precio de mercado en casi todas las etapas de la historia del club grancanario. Sólo un jugador que brotó en la estructura xeneize hizo el vuelo directo desde la Bombonera al Estadio Insular, a través de uno de los voluminosos traspasos de 1996. Ese era Walter Reinaldo Pico, el centrocampista que llegó en la remesa de Turu Flores (Vélez), Simionato (Lanús) o Grande (Argentinos Juniors). Por Pico pagó la UD Las Palmas 127 millones de la época, una fortuna en las dimensiones actuales de mercado. Antes o después el viaje dirección Buenos Aires-Gran Canaria no se volvió a producir hasta la venida en 2014 del que puede ser el fichaje mediático de la actual campaña.
Antes del origen de la UD, Arico
Pero no podemos obviar la relación del fútbol canario con Boca Juniors sin mencionar a una de las primeras figuras del club bonaerense en la etapa de profesionalismo (a partir de 1930) del balompié argentino. No se había creado la UD Las Palmas cuando uno de los emigrantes grancanarios, Pedro Arico Suárez(imagen de la izquierda), se convirtió en uno de los traspasos más sonados de la época. Nació en 1908 en una casita de la Calle Real de Santa Brígida, se crió en las calles de Buenos Aires (Parque Chacabuco), y se convirtió en futbolista en Ferrocarril Oeste. Le traspasaron a Boca en una operación paralela a la del mítico Pancho Varallo, delantero de Gimnasia y Esgrima. Y con el dinero recaudado por Arico, Ferro construyó la que sería tribuna visitante de su estadio. El canario Arico fue incluso capitán de Boca Juniors, en una etapa que comprendió doce años (1930 a 1942) con la cosecha de seis títulos de la época.
Como decíamos la única relación comercial Boca-UD Las Palmas se estableció en 1996. Llegó Walter Pico, que había hecho antes carrera en ese club donde se había formado, Vélez Sarsfield (coincidió con Turu Flores), Emelec de Ecuador y de nuevo Boca Juniors. Fue por segunda vez xeneize entre 1994 a 1996 hasta que le llegó la llamada desde Gran Canaria. Pico jugó 245 partidos con Boca, con 27 goles en sus dos etapas según reza la documentación en la red de los jugadores boquenses. El último encuentro oficial de Pico con Boca Juniors fue el 23 de junio de 1996, un día después de que la UD Las Palmas lograra el ascenso a Segunda en Elche y pusiera en marcha la maquinaria de fichajes a través de Gerencia Deportiva, que asumía el mando de la sociedad anónima deportiva.
Morete, Brindisi y Maradona
De Gran Canaria a Buenos Aires, sin embargo, la historia es más densa. El momento más importante se produjo en 1981 cuando llegaron hasta el club de La Bombonera dos ídolos amarillos de los años setenta: Carlitos Morete(que procedía de River Plate) y Miguel Brindisi(del Huracán). Especialmente Brindisi fue un jugador admirado por la afición de La Bombonera. Se acopló de tal manera al fútbol de Maradona que Boca Juniors (imagen de la derecha) firmó uno de los más recordados campeonatos de su reciente historial: el título Metropolitano de 1981. Miguel actuó dos años (1981 a 1983), con un total de 103 partidos y 31 goles antes de ser traspasado al Nacional de Montevideo donde seguiría carrera, pero con una huella que aún es apreciable para la afición del club boquense.
Segundas partes no fueron buenas ... Brindisi regresó en 2004 a Boca como entrenador pero entonces no tuvo la fortuna en el banquillo, con un equipo que no vivía su mejor etapa precisamente.
Morete actuó un año en La Bombonera, también campeón de ese torneo de 1981. 4 goles en 26 partidos fue su contribución no sin olvidarse que como rival había sido uno de los más temidos de la afición que luego le aplaudió.
Baiano y sus problemas en Argentina
Otro de los amarillos que jugaron en Boca Juniors fue el brasileño Dermival Almeida, Baiano. Lo hizo en 2005, durante 19 encuentros (2 goles). Pero no tuvo continuidad y salió a disgusto de su paso por aquel campeonato. "Llegué hasta a perder el placer de jugar al fútbol", recordaría a Globoesporte cuando relataba problemas de índole racista que habría llegado a padecer en aquella etapa.
Años después otro futbolista que nació deportivamente Boca estuvo en el organigrama de filiales de la UD Las Palmas. Ese es el portero argentino Pablo Varela, que hace dos temporadas estuvo en Las Palmas Atlético que logró el ascenso a Segunda B. El arquero se formó en las divisiones inferiores xeneizes antes de cruzar el Atlántico hasta Canarias. Hoy es jugador del Lucena FC de Córdoba.
La confusión de los primos Parodi
No dejaremos de hacer mención en esta recapitulación de futbolistas boquenses a la etapa de un Parodi en el conjunto argentino. En algunas documentaciones aparece Silvio Parodi, internacional paraguayo, a prueba en Boca Juniors a comienzos de 1958, sin llegar a debutar en partido oficial con la zamarra azul y amarilla. Se refieren en algunos casos al futbolistas que en septiembre de 1958 debutaría contra el Oviedo en el Tartiere con la UD Las Palmas. Pero no es así: Existen dos Parodis y son primos. José Parodi (al que algunos añaden un segundo nombre: Silvio) es el que actuó en la UD Las Palmas, Silvio Parodi es el que probó en Boca sin fichar. El parecido físico entre ambos es un añadido que genera la confusión.