Paco Herrera está conforme con el grueso de jugadores que afrontará la temporada, reiterando que "ya podríamos empezar". Pero insiste en erradicar el balón al pie y encontrar soluciones en las bandas y a través de la rapidez en los movimientos ofensivos
Manuel Borrego
Las pretemporadas no sirven como termómetros reales de lo que vendrá; algunas sólo para calentar el banquillo. Es imposible que cuanto ocurra en los encuentros de prueba sean luego la imagen exacta de los equipos. Pero deja huellas a seguir. Las Palmas apenas lleva una semana de entrenamientos y un partido, junto a tres refuerzos contratados, nueve canteranos dispuestos a todo y una montaña de ilusiones renovadas con la esencia de la pasada promoción como punto de partida.
Los primeros amistosos ya están programados pero hemos de fijarnos en los dos a disputar en el Estadio de Gran Canaria porque ya ante esas visitas del Marítimo de Funchal (9 de agosto) y Tenerife (13 de agosto) el perfil del nuevo proyecto debe estar ya pincelado en un porcentaje muy alto. Paco Herrera ha insistido en una idea después de las nueve primeras jornadas de contacto con sus nuevos jugadores: ""No tengo prisas con los refuerzos; si vienen es para mejorar lo que ya tenemos", reitera convencido de que lo realizado hasta hoy tendrá sentido en la competición regular.
El experimentado entrenador expresa que ha habido acierto en la elección de los jugadores que el club ha puesto a su disposición, incluso dejó caer un "estoy muy contento" con los hombres de vanguardia que han reforzado al equipo: Sergio Araujo y, especialmente, Guzmán Casaseca. El exterior pacense es, hasta ahora, la sensación de la pretemporada. Lo había demostrado en los entrenamientos con sus compañeros y lo ratificó ante un rival, la selección del Sur, que no pudo contener sus cambios de ritmo y la velocidad en dirección al área rival.
A la derecha, Momo Figueroa, que actúa liberado en varias posiciones de vanguardia (C. Torres)
Las dos ideas a recuperar
Herrera quiere mucho de eso: atrevimiento, velocidad y un sentido directo de las jugadas. De momento el equipo dejó en Tunte dos maneras de concebir el juego. Uno más pausado, con Valerón en el centro de las operaciones, con una banda que ofrecía más aristas que la otra. Nauzet Alemán ha entendido mejor el concepto y se asoció con sus compañeros que le enviaran los balones al espacio libre, para comprobar cómo van sus piernas.
Momo viene exhibiendo en los últimos días una metamorfosis. Es la pieza móvil en un sistema teórico 4-2-3-1. Ha hecho la mudanza; sale con asiduidad de la banda izquierda (carril libre para el recuperado Dani Castellano) y aparece en diversas posiciones de la media punta, a veces como segundo delantero.
Ocurrió todo lo contrario cuando Guzmán ejerció como velocista en el sector izquierdo. Con él, en la segunda parte, y con Asdrúbal (luego Artiles) en la derecha, Las Palmas se dejó ver en carrera. El equipo fue entonces letal para los sureños, que ya no pudieron contener las oleadas amarillas para fabricar una cómoda goleada, que no debe deslumbrar.
A la izquierda, el dúo de ataque Araujo-Benja (C. Torres)
Encajar todas las piezas
Con la velocidad, el equipo de Herrera logró esta vez ser menos previsible. Esa idea se instala en el nuevo diseño de la UD Las Palmas. La tuvo hace dos temporadas cuando Chrisantus, Vitolo y especialmente Thievy eran las lanzaderas, aunque aquel juego de la primera etapa de Sergio Lobera dependía más del robo y la presión que de la posesión, cuando quiere ser en la actualidad.
"Iremos encajando pieza a pieza, prueba a prueba" comenta Herrera convencido de que encontrará la que él denomina mejor versión del juego amarillo.
Tiene mucho trabajo por delante. Uno de ellos es convencer a sus futbolistas de que las acciones han de terminarlas con prontitud y sin recrearse en la suerte del remate. En esa dirección se refirió también Herrera al hablar de las acciones de Sergio Aruajo. La Liga española tiene una exigencia a los goleadores, donde la estética queda en segundo plano con respecto a la eficacia. En ese aspecto, Héctor Figueroa fue el hombre más rematador del partido. Un lanzamiento al poste, el gol y varios balones desviados fueron su contribución. Todas las jugadas que pasaban por la posición de ariete él las acababa. Es una referencia a tener en cuenta, incluso para algunos compañeros a prueba que están en el umbral del primer equipo.
De Tunte salió el cuerpo técnico con un block de notas repleto de apuntes. La mayoría tranquilizan porque el mensaje del nuevo técnico amarillo. "¿Refuerzos?. No tengo prisas. Podríamos empezar ya".
Reportaje gráfico: C. Torres