El embrujo de Araujo
09/08/2014

El argentino arranca a los aficionados grancanarios la primera ovación de la temporada, en un partido en el que combinó el sacrificio como ariete aislado y la brillantez en la definición

M.B.

Fue la primera ocasión en que Sergio Araujo pisaba el Estadio de Gran Canaria para un encuentro. El hombre de Boca Juniors, el chico que llegó a jugar junto a Riquelme y que también ocupó la delantera xeneize al lado de Martín Palermo, se presentaba ante una audiencia reducida de aficionados amarillos en el escenario donde quiere relanzar su carrera deportiva. Le habían visto en otros amistosos, pero este sábado el pibe se aproximó más al jugador que fue a buscar la UD Las Palmas a Buenos Aires.

Araujo fue el único delantero que utilizó este día Paco Herrera. Se empleó ante una defensa de Primera, de la Liga portuguesa. Tuvo que jugar de espaldas, en solitario; tuvo que presionar también, incluso al portero; tuvo que robar balones ... y más tarde le llegó la hora de brillar. El goleador ejerció como tal. Demostró en su tanto, a pase de Nauzet, dos detalles importantes. Que es cierta la habilidad y la capacidad de improvisar que le caracterizó en las inferiores de Boca y que tiene un latigazo en la pierna.

El argentino acude a celebrar su tanto con la Tribuna del Gran Canaria, que se puso de pie (C. Torres)

Araujo marcó esta noche zafándose en pocos metros de dos defensores, en la frontal del área del Marítimo. Un desliz del balón al costado y un túnel de su marca para encontrar el espacio libre que le había insinuado Nauzet Alemán. El argentino no se lo pensó y envió un chutazo a las redes del francés Salin. El meta del Marítimo le miró mientras se iba a celebrar con la Tribuna del Estadio de Gran Canaria su primera conquista, que más tarde añadiría con un buen servicio a Roque Mesa para el 4-0.

Sergio encandiló en su primer día en casa, ante los aficionados que quieren aplaudirle esta temporada. Cuando fue relevado y entró por él Valerón también fue aplaudido, el premio a una hora de fútbol sacrificado y decorado luego con brillantez. En las dos funciones, ni un reproche.

Sin Araujo, Paco Herrera indultó al Marítimo porque Las Palmas experimentó eso del 'falso nueve' y jugar a la contra. Su ausencia fue un respiro para la defensa verde-rubro de Funchal.

La tarjeta de presentación que ha mostrado gustó, pero ahí no puede quedar.

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