B.P.

El ex deportivista Culio es el futbolista que la UD Las Palmas tenía en la recámara para darle pimienta a su ataque por el perfil izquierdo. En España actuó con el Deportivo de La Coruña, club con el que visitó la pasada temporada el Estadio de Gran Canaria en la primera jornada (0-1), en un partido que no llegó a terminar al ser expulsado, al igual que Xabi Castillo. La pasada temporada firmó en el Depor 18 encuentros y 2 goles, antes de salir en el mercado invernal para ir destino a los Emiratos Árabes (Al Wasl FC).

En realidad, Las Palmas incorpora a un jugador rodado, que ha actuado en Ligas de seis países. En el Deportivo lució el dorsal 19, uno de los tres que están vacante en la UD Las Palmas en el tramo final del mercado de verano. Juan Emanuel Culio nació en Mercedes (Argentina) el 30 de agosto de 1983. De esa misma localidad es también natural el ex jugador de la UD Las Palmas, Alejandro Omar Simionato, fichado en 1996 procedente del Lanús.

Culio tiene una amplia trayectoria profesional que había iniciado en su país a través del Flandria, luego Almagro, para arribar en la élite de Argentina con los rojos de Independiente en 2005. En 2006 llegó a Racing Club de Buenos Aires antes de iniciar su amplio periplo internacional. Deportes La Serena (Chile), CFR Cluj (Rumanía, clasificación para la Liga de Campeones), Galatasaray, Orduspor, Mersin Iddmanyurdu (Turquía), Deportivo de La Coruña y Al Wasl FC, donde fue traspasado en 2014, fueron sus siguientes destinos profesionales antes de llegar a Gran Canaria.

Sus éxitos más importantes los logró con el Cluj rumano al lograr dos ligas de aquel país (2008 y 2010), tres Copas (2008, 2009 y 2010) y dos Supercopas de Rumanía (2009 y 2010). Con el Galatarsaray saboreó en 2012 la Supercopa turca.

Su salida del Deportivo en el pasado mes de enero fue un contratiempo inicial para Fernando Vázquez, entonces entrenador deportivista, quien llegó a declarar que "si la situación del Deportivo fuera más estable, Culio no se hubiera marchado. Perdemos un elemento importantísimo, pero en el momento en que estamos podíamos haber perdido las dos cosas". El Deportivo pudo reponerse a esta pérdida para luego alcanzar el ascenso a Primera División por la vía directa.

Una dura vida para ser futbolista: comenzó a trabajar a los 13 años

La trayectoria de Culio en el fútbol ha sido dura, un jornalero que comenzó su vida laboral a los trece años, según reconoció en entrevista a Gazeta Sporturilo: "Eramos cinco hermanos en casa y la vida era difícil. Por eso tuve que trabajar desde los 13 años", en una localidad situada a más de 100 kilómetros de la capital. "Todos los días después del trabajo, jugaba a las afueras de la ciudad. Pero no había dinero para ir a Buenos Aires, donde están los clubes formadores de jóvenes. Me resigné a la idea de que nunca sería un futbolista profesional", dijo en aquella etapa en la que no pensó que iba a ser jugador profesional.

Culio, a la derecha, con el dorsal 19 en el Gran Canaria. Ese mismo número está vacante en la UD Las Palmas (C. Torres)

Sin embargo, su vida dio un giro cuando recibió una invitación tras un partido informal entre amigos. Alguien se acercó a él para hacerle una oferta excepcional. "Tenía 19 años y acepté inmediatamente. Y dos días después, jugaba en Tercera División de Argentina con los colores del Deportivo Flandria".

Otro giro en su vida se produjo cuando llegó a Chile, a Deportes La Serena, donde lgró destacar. El presidente del conjunto rumano Cluj estaba de viaje por motivos profesionales en Sudamérica. Fue allí donde observó las condiciones del zurdo Culio.  "No conocía nada de esta parte del mundo donde está situada Rumanía y confieso que tuve mis dudas de marcharme. Pero ahora, pienso que es la mejor decisión de mi carrera", explicaba a la revista Culio.

Sus éxitos en el fútbol rumano le han llevado hasta España y, ahora, a la UD Las Palmas, que le presentará mañana de amarillo a las 12.30 horas.

Precisamente debutó en la Liga española con su actuación incompleta en el Estadio de Gran Canaria, lugar donde espera recibir de nuevo las ovaciones del éxito.