Lituanos y eslovenos entonan juntos el 'pío-pío'
04/09/2014

M.B.

Merecía el titánico esfuerzo realizado por la organización de la sede de Gran Canaria un partido final tan emotivo y vibrante como el que se vivió este jueves en en el Arena de Gran Canaria durante el último de los quince encuentros del calendario parcial. Eslovenia y Lituania se jugaban el tipo en el envite, porque posiblemente sus opciones de medalla podrían ser más amplias en función de este último resultado. Fue extraordinaria lucha en la pista; no menos en los graderíos con sensible mayoría lituana para animar a los Lavrinovic y compañía. Pero hubo un instante de tregua: fue en el pase del primer al segundo cuarto cuando la organización de FIBA brindó a los principales equipos de la isla (el masculino, el femenino y el de baloncesto sobre ruedas) un homenaje público por la proyección que realizan con el deporte de la canasta. Salieron los jugadores al centro del parque y con ellos allí, durante unos segundos, se produjo un momento mágico: las aficiones de Lituania y Eslovenia se pusieron de acuerdo para entonar el pío-pío, incluso con el gesto de los dedos.

En las gradas, para dilucidar el puesto de honor del grupo D, se midieron también las gargantas de dos aficiones de educación curtida en el baloncesto. Son hinchas a la antigua usanza: sin sentarse durante la totalidad del partido, sin dejar un instante de aliento a los suyos, alzando la voz más alta cuando tocaba algo importante que suceder. Y, al concluir la contienda, todos en dirección a la fiesta callejera porque allí ganó el deporte.

A la organización isleña le tocará ahora recibir las notas de la FIBA, que posiblemente fijará bajo mínimos porque, a pesar de la inexperiencia en eventos de este calibre, el vuelco humano y logístico de Gran Canaria lleva nota elevada. La isla, por lo que queda y por lo que exportó, fue la que ganó de verdad.

Reportaje gráfico: C. Torres


Así es el cuadro final del torneo

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