Seis fotogramas de un gol antológico
20/09/2014

M.B.

Hay momentos de partidos que no se olvidan: pasan a la eternidad, quedan archivados en la memoria de los aficionados por la singularidad o las emociones del instante. Muchos de ellos aún se reviven en las tertulias de los aficionados grancanarios cuando les invade la añoranza. Quizá este sábado se ha disfrutado en el Estadio de Gran Canaria una de esas secuencias que serán inmortales en la historia de esta prometedora temporada. La firmó Sergio Araujo y todo ocurrió en apenas tres segundos.

La jugada la llevaba Momo en la banda izquierda para ceder el cuero al pichichi que, como toda la noche, estaba rodeado de rivales. El balón se quedó muerto a las botas del delantero argentino. No armó el gatillo; solamente sabía que el portero Falcón estaba algo más de un metro por delante de su línea de gol. El pibe apenas se lo piensa, no necesita hacerlo, porque siempre tiene su armamento futbolístico preparado, con la diestra o la zurda.

Araujo golpeó con suavidad el cuero, buscando el ángulo izquierdo del Alcorcón. No esperó a que llegaran los defensas, que estuvieron muy atentos toda la noche. El vuelo del balón fue perfecto, con la parábola justa. Falcón llegó a acariciarlo pero no pudo retener el 2-0. Si fuera imparcial, él mismo habría ovacionado a su verdugo.

Un gol antológico que para un temporada que se está fabricando con idénticos parámetros.

Fotos: C. Torres

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