Crónica sensorial del día posderbi
30/09/2014

El silencio preside la extraña tristeza de un líder que, tras la derrota en el Rodríguez López, tiene la oportunidad en breve de reencontrar la ruta de su felicidad

M.B.

Fue un martes diferente. Hubo señales sensoriales que delataban que algo había pasado y que había dejado una huella reciente. Los detalles eran apreciables a simple vista. La multitud habitual de toda la semana prederbi dio paso a una selectividad de fieles, que acudieron a presenciar el primer día de trabajo de los amarillos después de sufrir el primer contratiempo de la campaña. Perder en el derbi no es un hecho inédito en la historia de la UD Las Palmas; hacerlo en condición de líder de la clasificación, sí.

La tristeza era tangible; estaba al alcance de la vista. Las primeras horas después del 2-1 parecen no haber atravesado todavía el umbral de una jornada a otra. El ajetreo habitual de Barranco Seco no se produjo este último martes de septiembre, ni siquiera con el consuelo de saberse que a nivel clasificatorio las secuelas del derbi no se aprecian porque Las Palmas sigue siendo hoy tan líder como hace una semana. El silencio presidió la hora y media larga de labor deportiva. El ruido que esta vez se escuchaba era el del paso de los vehículos por la cercana circunvalación, hecho que días atrás era irrelevante o nulo. El mismo Paco Herrera, hombre activo y cuya forzada voz es la sintonía del centro de trabajo en las instalaciones auxiliares, tampoco se dejaba escuchar. Apenas un par de mensajes y mucho diálogo en privado, especialmente con sus auxiliares y con Nico Rodríguez, con vestimenta deportiva ajena a la oficina.

Los titulares del Heliodoro trabajaron en menor intensidad. Si comentaban algo, no tenía resonancia. Javi Castellano y Hernán también tuvieron sesión de recuperación con los fisios; Tana, Benja y Dani Castellano, con el rol asignado en la enfermería. Todo transcurrió con cierta normalidad, pero en un silencio que no delataba la alegría interna del líder. Aunque Las Palmas lo sigue siendo.

"Tristeza nao tem fin; felicidade sim" escribió el poeta y cantautor Vinicius de Moraes. La tristeza de un líder, sin embargo, que tras varias curvas puede encontrar otra vez la ruta de su felicidad.

Reportaje gráfico: C. Torres

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