B.P.

Apenas un mes después de anunciar en público que "iremos con Tana a saco", Paco Herrera confirmaba este viernes que el hábil centrocampista grancanario tendrá que pasar por el quirófano para resolver sus inacabables problemas de pubis. El jugador atraviesa una de las lesiones más desconcertantes del gremio de futbolistas, al desconocer con exactitud en cada momento cómo está el proceso de su recuperación. Porque cada vez que sus sensaciones son óptimas, el golpeo del balón le desvela que el problema continúa o se acentúa.

Tana Domínguez estuvo a punto de ser convocado para el derbi, pero la semana previa, tras haber participado en los entrenamientos con sus compañeros con aparente normalidad, sufrió una recaída que le impidió no sólo actuar, "lo teníamos previsto", sino el poder incluirle en la convocatoria de la sexta jornada.

Este calvario personal de Tana se inició en el último tercio de la pasada Liga, cuando ya tenía consideración de titular en el once amarillo de Sergio Lobera. Medio año atrás, el pasado 15 de marzo, se produjo su última actuación en el campeonato de Segunda División después de haber jugado en 24 partidos de Liga y uno de Copa (Hércules), 14 como titular, para un total de 1.185 minutos, dos goles (ambos al Córdoba) y una asistencia. Hay que añadir un tercer tanto, en Copa, frente al Hércules. El 25 de mayo, día en que la UD perdió en casa frente al Recreativo (2-3) y antes del cese de Lobera, Tana actuó de forma circunstancial, asumiendo riesgos y dolor.

El futbolista había expresado su convencimiento de la necesidad de pasar por el quirófano en caso de que las previsiones de los médicos no cumplieran la posibilidad de una recuperación sin intervención quirúrgica. La vuelta a los campos de juego, en consecuencia, no está localizada aún en un hipotético calendario.