Araujo, el anzuelo; Guzmán, la daga
08/11/2014

M.B.

La UD Las Palmas sorprende en cada jornada. Las soluciones tácticas que ofrece su cuerpo técnico en los partidos mejoran su rendimiento ofensivo. Pablo Machín, entrenador del Girona, se descubrió 24 horas antes de la visita a Montilivi: "Tenemos preparado un marcaje especial a Araujo. Porque si le controlamos lograremos minimizar a Las Palmas". Sus palabras no habían ido a un lugar vacío.

La interpretación del técnico gerundense pudo ser correcta. La ejecución, en cambio, no. La UD estuvo atenta a traducir este mensaje y desarrollar lo sorpresivo. En el diseño de partido ante el segundo de la corte, Araujo se mantenía en su posición natural de ariete, siendo el hombre más avanzado. Pero sus movimientos, en cambio, no se dirigieron todos hacia el área. Él era el anzuelo, la pieza de atracción para los últimos zagueros; Guzmán Casaseca, la daga.

Las Palmas desarrolló su ataque casi exclusivamente en la primera parte. La obsesión del Girona por el delantero argentino, que curiosamente acumula por vez primera dos partidos sin anotar, sin duda relajó la atención sobre otros llegadores. La misión de Guzmán esta vez no era de largo recorrido. No era el tren de alta velocidad para los contragolpes. Desde el primer minuto de juego, el extremeño aparecía en las inmediaciones del punto de penalti para rematar balones, casi como un ariete invisible para los defensas. Y esos pases se les servía precisamente Araujo. El goleador xeneize se transformó en este partido. Ya no fue el hombre finalizador sino el avispado asistente.

Uno de los pases del argentino acabó en las redes de Isaac Becerra, tras disparo potente de Casaseca. Araujo sigue mostrando más cualidades futbolísticas que el remate. Le envió a su compañero astutos balones que cruzaron las líneas defensivas del Girona hacia espacios libres aprovechables.

El otro servicio de gol fue de Momo, también facilitándole al activo Guzmán la localización del punto de remate para el 0-2. El extremeño fue el hombre que más veces remató con la camiseta amarilla en la duodécima jornada. Marcó y acarició más dianas.

El modelo de ataque había funcionado bien en la primera parte pero en un partido de idas y vueltas la ventaja parecía peligrar. Hubo que cambiar el chip.

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