B.P.

Cambio de chip por completo. Nada cuanto ha sucedido a lo largo de la temporada tendrá el ambiente pasional de este domingo, a las 12.00 horas, con el encuentro de rivalidad canaria en la Liga ACB. El Gran Canaria, intacto en la isla tras cuatro intervenciones previas con el Iberostar Tenerife, se pone en 'modo derbi' tras saldar en Alemania la novena victoria consecutiva en la Eurocup.

Y lo hace con serias dificultades en su plantilla porque el reguero de lesionados no cesa. Aíto García Reneses ya convive con estos contratiempos que, unidos a otras circunstancias propias de la temporada, no permiten al equipo mantener la regularidad o el rendimiento presupuestado.

Pero el derbi es otra cosa. Aparece en 2014 con nuevos incentivos, uno de ellos el que posiblemente se convertirá en el partido de rivalidad con más aficionados en los graderíos al tratarse de la primera ocasión oficial en el Gran Canaria Arena. Durante la semana el goteo de aficionados a las taquillas ha sido constante y se va a acelerar en las horas previas al partido, previsto para las 12.00 de la mañana.

Al margen de ellos, protagonistas con morbo. Precisamente uno de los jugadores decisivos del pasado derbi en el Centro Insular de Deportes (79-61) será protagonista en bando adversario. Beirán anotó en aquel partido 20 puntos y su concurso fue determinante. Esta vez lo hará en las filas del conjunto tinerfeño, que le fichó tras quedar liberado en el Gran Canaria.

La probable ausencia de Bellas, además de la de Fabio Santana, acumula trabajo en el puesto de base donde Oliver tendrá que exprimirse para llevar a los amarillos hacia una victoria que ahora tiene mayor valor que en temporadas precedentes.