José Maroto o el triunfo de los modestos
31/12/2014

Alma mater del CN Guía durante 16 años, y entrenador en otros equipos como Ciudad Alta, Las Palmas y Metropole, el nuevo presidente de la Federación Canaria solicita "remar juntos" en su periodo presidencial

Manuel Borrego

Como un tifón llegó el final del proceso de elección de presidente de la Federación Canaria de Natación. Empujados por una inesperada decisión de adelanto de todo el proceso, la Asamblea de la Federación Canaria se reunió y eligió a José Maroto Artiles (Las Palmas de Gran Canaria, 1945), como su presidente. Es el premio para él, un hombre que ha dado su vida por este deporte, y que representa, sin duda alguna, lo que ha sido este proceso electoral: el triunfo de los modestos.

Maroto es conocido como el entrenador que hizo brotar la semilla de la natación en Guía. Su trayectoria con el club del Noroeste lo situó como un hombre de la localidad, donde realmente es querido. Pero él es natural de Las Palmas de Gran Canaria, precisamente de otro carismático barrio: San Cristóbal.

Tal y como tuvo oportunidad de contarme en una entrevista que le hice para el periódico La Provincia en el momento de su jubilación como entrenador, empezó a nadar con otra leyenda de la natación isleña, el tinerfeño Jesús Domínguez, en el club Gran Canaria, que ahora con el tiempo ha dejado el testigo a otro modesto, el CN Aguacan. Después de nadar por el victoria fue instruido por el gran maestro de este deporte en su época de gloria, Quique Martínez. Como entrenador trabajó en la extinta sección de natación de la UD Las Palmas, y al Ciudad Alta, antes de recabar en Guía en 1975. Allí estuvo 14 años, dándolo todo y haciendo que su trabajo brindara brillantes nadadores a la natación Canaria, a pesar de las extremas condiciones con las que contaba para entrenar. El Ciudad Alta le reclamó en 1989; y siguió su trayectoria desde 1993 y hasta 1999 en el Metropole, para volver a terminar su vida laboral en el Ciudad Alta, retirándose en 2007.

Presidente casi por sorpresa

Y si es verdad que siete es el número de la suerte, en ese número de años más tarde, Maroto se ha convertido en el presidente de la Federación Canaria de Natación casi por sorpresa incluso para él. La propuesta le llegó de la mano de un grupo de clubes modestos que buscaban una figura emblemática que liderara un cambio de rumbo en la Federación. Además, ayudó a la sorpresa el hecho de que muchas actuaciones extrañas de la Junta Electoral provocaran una casi espontánea elección.

Si bien el calendario inicial situaba 16 entre la elección de los asamblearios y la elección del presidente, inesperadamente, la Junta Electoral resolvía un cambio de calendario y reducía esa cifra a sólo cuatro días, con el extraño plazo de presentación de candidaturas entre las 0:00 horas del sábado y las 8:00 AM del lunes, para un día más tarde procederse a la aceptación o rechazo de las candidaturas, y en el mismo día procederse a las votaciones.

En un domingo estresante surgió la propuesta a Maroto, que el retirado entrenador aceptó casi con los ojos cerrados, mientras, aparentemente, su rival en las urnas, Juan José Martín, tenía la ventaja de haber contado con 19 de los 28 avales posibles. Podría parecer una victoria cantada para Martín, pero la asamblea, quizás empujada por la falta de información de la Junta Electoral, que no comunicó de forma oficial ni al propio Maroto, ni a los asambleístas que le avalaron el lugar de celebración de la junta asamblearia.

Jornada intensa

La del martes fue una jornada muy intensa, en la que los propulsores de Maroto buscaron activamente por Las Palmas de Gran Canaria cuál sería la posible sede. En los locales de la Federación en León y Castillo no se sabía nada, hasta que a las 11:30 una llamada de Juan José Martín a la Federación aclaró a los asambleístas allí sentados a la espera de una respuesta que sería esa la sede de la Asamblea. Hora y media más tarde, los asambleístas desconfiados volvieron a presentarse en la sede, y volvieron a confirmar la sede en voz del vicepresidente en funciones, Fernando Castro, quien curiosamente actuaba como secretario en la mesa electoral bajo la indicación de esta presunta irregularidad de uno de los asambleístas, Juan Pedro Borrego.

Estaba siendo la recta final llena de obstáculos de una carrera amplia y que aunque el presidente de la Junta Electoral, Jorge Puig, quiso elogiar como de ejemplo democrático y de transparencia, esta calificación recibió el rechazo del propio Juan Pedro Borrego, quien volvió a recordar los incidentes principales que había denunciado previamente ante la Junta.

La votación empató a los candidatos en 13 votos. Todo apuntaba que la mala fortuna para Maroto le iba a llevar a una nueva convocatoria cinco días más tardes cuando por sorpresa, a pesar de empezar con desventaja en el recuento de la segunda votación 0-4, remontó hasta ponerse con renta favorable, 13-9. Quedaban cuatro votos por abrir, Martín se acercó al 13-11, y en el penúltimo votó saltó la sorpresa, 14-11, que nada pudo resolver el voto final a favor del candidato que defendía la poltrona (14-12).

El reto para Maroto ahora es comenzar a realizar un trabajo que esperaba hacer antes de llegar al día 11 de enero como candidato. Su tranquilidad quizás es que no tendrá el condicionante de tener que cumplir con compensaciones para asegurarse votos que ya han sido concedidos. Él quiere "que rememos juntos", lo repite una y otra vez, y desea personas "comprometidas y con ganas de trabajar por el bien común y no el individual". Es un hombre que siempre defendió a los clubes modestos; y por ello espera que las instituciones le puedan echar una mano a la hora de favorecer a "aquellos clubes y deportistas que no disponen de instalaciones privadas y a los que se les puede hacer más complicado entrenar y competir".

 

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