El consejero de Deportes del Cabildo de Gran Canaria, Lucas Bravo de Laguna, y el alcalde de Ingenio, Juan José Gil, inauguraron hoy las obras de mejora de la cancha de El Sequero, que han permitido que dicha instalación se convierta en un verdadero pabellón gracias al cerramiento y techado financiado por la Consejería insular mediante una inversión de 306.000 euros.

Antes de proceder al descubrimiento de la placa oficial del "Pabellón Municipal El Sequero", Lucas Bravo de Laguna valoró la importancia de que todos los municipios de la Isla cuenten con este tipo de instalaciones, sobre todo en barrios con la densidad de población de El Sequero, "ya que es estos espacios sirven tanto para la práctica del deporte por parte de los más pequeños, como de punto de encuentro para todos cuantos viven en sus inmediaciones, "y la cancha que existía antes en este mismo lugar era imposible de utilizar en tiempos de lluvia y frío como los que atravesamos estos días".

"La puesta en marcha de este pabellón es una demanda largo tiempo reivindicada por los vecinos y vecinas y por ello me siento orgulloso y encantado de haber podido colaborar para que esto sea una realidad", afirmó el consejero insular quién reconoció que "esta obra ha sufrido un proceso largo y difícil, pero gracias al trabajo conjunto del gobierno insular y municipal, ha podido salir adelante".

Por su parte el alcalde ingeniense, Juan José Gil, también hizo referencia los problemas que ha tenido esta obra, comenzando incluso con la cimentación y el aguante de la estructura, inconvenientes que se pudieron ir solventando "gracias al compromiso y voluntad personal del propio consejero." El primer edil también informó que ahora queda una segunda intervención a través de la cual se quiere mejorar el exterior del recinto, ampliar los vestuarios e incluir gradas, "pero la estructura era la prioridad," añadió.

El alcalde avanzó, asimismo, que el pabellón llevara el nombre de Pedro Romero Díaz "Perico", quien durante años cuidó de esta cancha, "su cancha" primero de forma altruista y ya después como trabajador del Ayuntamiento de Ingenio encargado de esa instalación. "Labores como la suya, desviviéndose por este pueblo, por este barrio y por los niños que jugaban aquí, no pueden pasar desapercibidas y debemos reconocerlas," concluyó.