Antonio Aguiar, director de la prestigiosa web jurídica Iusport.com, valora que la regularización laboral en los clubes deportivos puede salpicar a cualquier estamento, incluso a los propios deportistas amateurs
Manuel Borrego
La economía sumergida en España y el empleo no declarado representan el 18,6% del Producto Interior Bruto del país. Según el informe de 2014 sobre Flexibilidad en el trabajo, este dato afecta a 190.000 millones de euros fuera de control gubernamental. 62.363 clubs y asociaciones deportivas sin ánimo de lucro tienen vínculos estructurales con el deporte base en todas las disciplinas. Unos 7 millones de personas prestan algún tipo de servicio en estas entidades, con una cifra de 3.3 millones en calidad de deportistas federados. Con estos datos preliminares, todo el país se ha puesto en marcha en las últimas semanas ante la reactivación de las inspecciones de Trabajo en los clubes deportivos sin ánimo de lucro y el propósito del Gobierno de regularizar todas estas situaciones en un escenario administrativo legal. Canarias, como ya hemos recordado en nuestras últimas publicaciones, no va a quedar al margen; detectándose de antemano una carencia informativa sobre el asunto que tratan ahora de aclararse a través federaciones y órganos colegiados.
Para Antonio Aguiar, director de la prestigiosa web jurídica Iusport.com y columnista de la página oficial de la UD Las Palmas, el asunto está centrado ahora mismo en conocer "las relaciones de colaboradores técnicos, auxiliares, monitores y de todas aquellas personas que tienen un vínculo habitual y labores en los clubes. De momento, estos son los casos. Hace unos meses, las inspecciones de Trabajo comenzaron a desarrollarse en Cataluña y se levantó una gran polvareda, porque las sanciones impuestas fueron muy importantes y dejaban en situación precaria las también precarias economías de los clubes. Desde noviembre el asunto se ha retomado después de una aparente moratoria. Estas inspecciones pueden llegar en cualquier momento y de ello han de ser conscientes todos los clubes y las personas que colaboran en las entidades en cualquier disciplina deportiva".
Retribución o no
La cuestión principal es conocer si esa labor desarrollada por los colaboradores en los clubes sin ánimo de lucro no traiciona el campo legal en el que debe desenvolverse. Si existe retribución económica por servicios prestados, el vínculo se encuentra en un escenario laboral que se ha de regularizar a través de contratos específicos y altas en la Seguridad Social. Si de lo que se trata es una prestación de servicios con una compensación por los gastos ocasionados, entonces aparece una nueva herramienta: el contrato de voluntariado, cuyo nuevo modelo ha sido ofrecido por el Consejo Superior de Deportes apenas hace una semana.
"El contrato de voluntariado es muy elástico"
Para Aguiar, la situación de los clubes y de los deportistas amateurs de Canarias y de España en general podría quedar comprometida. "El contrato de voluntariado es muy elástico", argumenta. La casuística global, en todas las modalidades posibles, es muy amplia y el criterio de aceptación de este documento "está en manos del inspector de trabajo, no en quienes lo firman. Es decir: que se formalice un contrato de voluntario no significa que sea aceptado porque la última palabra la tiene Trabajo. Clubes y deportistas tendrán que justificar todos los gastos, con los tickets correspondientes de su consumo, y siempre que se trate de los conceptos que se establecen para esa cobertura: desplazamientos, gastos de alimentación o lo que corresponda. Y, además, no podrá ser un gasto homogéneo mensual, con un mínimo que aún está por conocerse. Porque, por ejemplo, una cuota de pago de 300 euros cada mes no se podría interpretar como gasto y sí como retribución. El gasto por servicios no puede ser igual siempre, ha de ser variable", confirma Aguiar. "La valoración última de todo ello la realiza un inspector de Trabajo, que dará validez al contrato de voluntario o rechazarlo".
Diversas fuentes establecen ya criterios o topes económicos de gastos. Superarlos podría conllevar también a la anulación de un contrato de voluntario por un alta laboral, al interpretarse la existencia de una relación económica encubierta. "Por eso, insisto: el voluntariado dependerá de la inspección. El papel puede admitir todo, sin embargo podría no bastar ante Trabajo. Y en este modelo de contrato sólo se pueden cubrir gastos; insisto en ello. Si no es así, se entenderá como retribución por servicios prestados".
Hasta las mascotas
En la Liga Profesional se ha divulgado que varios de sus clubes (entre ellos Betis y Zaragoza) habrían dado de alta incluso a sus propias mascotas. Porque la inspección puede avanzar hasta todo tipo de personal que preste servicios en los clubes, por supuesto también en los profesionales. Para Aguiar, "la labor de una mascota podría interpretarse en idénticas proporciones laborales a la de un camarero contratado por horas. Acude al lugar, realiza el servicio para el que deberá estar asegurado y luego se va. Lo repite en el siguiente encuentro. Eso ocurre en un acto público habitual. En este aspecto, por ejemplo, interpreto que quizá no le valga el contrato de voluntariado a pesar de que podría tener ese espíritu en su origen".
Y, llegado el caso, "también podría salpicar al propio deportista amateur de clubes sin ánimo de lucro. Si existe una compensación económica por gastos, deberá ser acreditada, como ya hemos dicho anteriormente. Y hacerlo en idénticas circunstancias que ya se reclama para técnicos o auxiliares. Si existe un salario encubierto, el inspector lo podrá detectar. Ese escenario, el del deportista, aún no se ha abierto en las inspecciones, pero les llegará llevando al pie de la letra la aplicación de esta ley". Lo que supone una sorpresa, sin embargo, es que el gremio arbitral está excluido de momento, según publicó esta misma semana la propia web jurídica Iusport.com.
"¿Y los recogepelotas?. Estamos hablando de niños, pero ..."
(Artículo publicado en Tinta Amarilla el 25 de noviembre de 2014)