Los futbolistas son personas: sienten, padecen, sufren por fuera y por dentro. El primer impulso de Araujo, tras marcar el 1-0 a la Ponferradina, fue este. No tiene un escudo protector que le impida escuchar lo que seguramente es injusto. Marca, acaba con 871 minutos en juego de sequía y, de inmediato, brota una reacción. Pero también es reflexivo. Por mucho que quiera evitarlo, también escuchó -y bien fuerte- la ovación de los 13.000 fieles que acudieron al Estadio de Gran Canaria. Ellos también padecen y sienten.
El primer impulso
29/03/2015
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