Preocupados, sí; abatidos, no
05/04/2015

Las Palmas invierte su producción en la segunda vuelta (13 puntos), instalándose en la zona baja de la tabla en la hipotética clasificación. Debe volver el once solidario, ambicioso y profundo porque la oportunidad de ascenso esta temporada sigue a su alcance

Manuel Borrego

Si no es una crisis, lo parece. La Liga está en el momento de las decisiones y es el instante en que la UD Las Palmas ha vertido sus peores registros globales y unas sensaciones que a veces navegan en la ilusión y otras en el desencanto. Sus datos generales en la segunda vuelta no se aproximan al equipo que había encandilado en los dos primeros tercios de la competición, ni mucho menos. Si la Liga hubiese comenzado con el partido de Llagostera en Palamós, el conjunto de Paco Herrera se habría instalado en la zona baja de la clasificación, con un total de 13 puntos (tres victorias, cuatro empates y otras cuatro derrotas).

En esta segunda parte del campeonato regular donde se han cubierto once partidos, sólo superaría a Recreativo, Alcorcón, Mallorca, Sabadell, Mirandés, Barcelona B, Santander y al peor de todos, Osasuna, que suma cinco puntos tras el ecuador del Campeonato. Ese no es el papel diseñado para la actual plantilla.

Pero hay más datos que refuerzan la necesidad de un giro en los acontecimientos, porque Las Palmas es el candidato con menos puntos y victorias en esta fase donde se requiere saltos de tres en tres. Se aleja de los 22 logrados por el Betis, los 21 de su próximo rival, el Girona, los 20 del Sporting, los 17 del Zaragoza e incluso del Valladolid 16. Y nada digamos del sorprendente UD Llagostera, el mejor de la segunda vuelta con 23 puntos (siete victorias, dos empates y una derrota) al que le da tiempo tras la jornada actual de situarse a la estela de los conjuntos que pueden luchar por la promoción de ascenso. Su velocidad actual es admirable, rompiendo todos los pronósticos que podría dejar su estela en los primeros 21 partidos del campeonato.

Los 15 goles encajados por Las Palmas en 11 jornadas rematan cualquier comentario adicional porque con esta cifra no va a ninguna parte.

Desde esta perspectiva, hay motivos para estar preocupados, aunque no abatidos. Al técnico Paco Herrera se le ha visto tratando de resolver un problema detectado en un encuentro para verle después achicando agua por otro. Si es no es la sequía realizadora, se presentan fragilidades defensivas; cuando no es una decisión arbitral es la desaparición colectiva durante minutos en el terreno de juego. Si no es Juana, es la hermana.

El caso es que en el momento de la verdad, cuando se resuelven los objetivos, a Las Palmas le han llegado sus dudas, al menos en el comportamiento en fracciones de sus partidos. Y, lo que es peor, sus dudas se reflejan en un reguero de puntos que hacen peligrar el primero de sus objetivos, que es el ascenso directo. Pero ninguna de sus vías están cerradas; siguen ahí, a la vista.

Aún con todo, con este parcial de resultados ha llevado de la primera a la cuarta plaza, el panomana final de esta temporada es propicio para dar el salto definitivo. Para ello ha rescatarse al equipo solidario en la presión, asfixiante y profundo, el que redactaba el guión de los partidos desde el minuto uno. Debe volver el equipo ambicioso y goleador, de buen gusto futbolístico que levantaba la ovación nacional. Ese equipo enterrerará al otro, el que se queda a medio camino y permite a los rivales tomar el mando. Esas dos versiones se pudieron presenciar contra el Betis;; capaz de levantar la esperanza en un tiempo y provocar la decepción en otro tramo.

¿Cuál de los dos lobos vencerá?. Toca manos a la obra, acabar con las dudas internas si las hay y empujar una vez más hombro con hombro. El ascenso es posible; sólo para creyentes y valientes.

Comparte el artículo si te ha gustado
También te puede interesar