Manuel Borrego

Es inevitable valorar el importante contratiempo que ha sufrido la UD Las Palmas en el tramo final de la temporada. La propia Liga Profesional lo lleva a su portada en la red: Nauzet Alemán, uno de los jugadores más determinantes del actual campeonato, no podrá terminar su obra, al menos de manera presencial. El héroe de Anoeta en 2006 y una de las aristas ofensivas en los esquemas de Paco Herrera ya no podrá contribuir con sus goles, asistencias, carácter e inspiración en las batallas finales por el ascenso. Es una baja sensible para los amarillos, pero no definitiva para el proyecto.

El centrocampista grancanario ha sido determinante en los dos años de Sergio Lobera y en la actual gestión de Paco Herrera,ténicno que siempre que Nauzet estuvo en condiciones de jugar le tuvo presente en su once. "Conozco bien a Nauzet. Me pongo como objetivo con él extraer la mejor versión de su juego". Fueron las palabras del hoy entrenador el día de su presentación, hace diez meses. Herrera cumplió su parte del compromiso; también Nauzet. Le integró con un jugador con carta libre en el ataque, asociándose con cualquiera de sus compañeros, con apariciones como delantero o como centrocampista de llegada; todo ello sin dejar de trabajar para el equipo cuando el balón estaba en poder adverso. Ese carácter suyo indómito se hacía imprescindible en un colectivo que agredece a futbolistas que arriesgan y aportan personalidad. Incluso más allá de lo recomendable.

A la izquierda, Nauzet Alemán celebra uno de sus nueve goles en el presente campeonato de Liga (C. Torres)

Nauzet termina de forma anticipada con nueve goles, cinco asistencias y la sensación de que cada vez que tocaba el balón en las jugadas de estrategia lo aromatizaba con peligro al adversario. Ese actor amarillo ya no estará en los partidos definitivos, entre otros, con el Valladolid, su ex equipo al que llevó hasta la Primera División en una temporada de ensueño a nivel personal.

Herrera ya se hizo hoy mismo a la idea de que Nauzet, caído en los prolegómenos de un entrenamiento, no estaría en Anduva. Porque la Liga no permite lamentaciones ni el recrearse en heridas abiertas. La UD Las Palmas hizo previsión en invierno y ante cualquier adversidad se reforzó precisamente en ataque. Por si acaso no llegaba el gol ... vino Ortuño. Y si faltaba imaginación ... regresó Jonathan Viera. En él se centran más las miradas ahora que Nauzet no está. Viera es el futbolista con más talento que pudiera aproximarse a las condiciones tercuartista de su compañero lesionado. Las Palmas necesita más que nunca a ese jugador que da magia al balón, pero le requiere con intensidad, con verticalidad, con pase de riesgo para que sus compañeros finalicen y, también, para que él las acabe.

La baja de Nauzet se aplaude en silencio en Gijón, Sevilla, Girona, Zaragoza o Ponferrada. Se lamenta en su isla pero ... también el club le dejó a su plantilla una misiva escrita en los muros del Estadio de Gran Canaria cada vez que entra o salir al campo de batalla. "Ninguno de nosotros es mejor que todos juntos", dice la leyenda que conviene seguir al pie de la letra.

Nauzet seguirá dando otro tipo de asistencias de su nuevo lugar en el proyecto; lo demás, como les subraya Valerón, lo pone el equipo que mejor sepa administrar sus momentos difíciles. Este es uno de ellos y, lejos de convertirse en una zancadilla, ha de tenerse como un empujón más para los que tienen en sus manos el billete hacia la gloria.

Si hay lamentos, que se apaguen en Miranda del Ebro.