El recetario de un ascenso
16/04/2015

Juanito Rodríguez, Saavedra, Farías y Javier Campos, titulares en la hazaña de hace 30 años, señalan a Olsen, la consistencia defensiva, el orden y la unidad interna como las claves para la conquista del objetivo de volver Primera

Manuel Borrego

La semana que la UD Las Palmas volverá a defender un billete directo a la Primera División, a falta de nueve partidos para el finiquito, nos trajo la alegría del recuerdo del ascenso logrado en 1985. Aquel otro 13 de abril se firmaba una marca récord en la historia del club, con cinco jornadas de antelación para la llegar a la meta que hoy los jugadores de Paco Herrera intentan de nuevo alcanzar. Treinta años después muchos aspectos del escenario futbolístico se repiten con un recetario similar para la reconquista.

Varios de esos protagonistas explican a Tinta Amarilla los motivos del por qué la UD de Olsen fue un equipo intratable, pasando a la historia con un altísimo porcentaje de puntos y el festejo de leyenda. Señalan Juanito Rodríguez, Luis Saavedra, Pepe Farías y Javier Campos, titulares de aquella campaña, en la actuación del entrenador Olsen, la consistencia defensiva, el orden y la unidad interna como las llaves del éxito, por encima incluso de la calidad futbolística de aquellos jugadores.

En esos mismos parámetros pueden sentirse los actuales protagonistas que luchan por el objetivo de 2015. Aquí sus valoraciones:

Durán, Felipe y Juanito, los tres centrales procedentes del fútbol tinerfeño.

Juanito: "Los veteranos fueron determinantes"

Juanito Rodríguez era debutante aquel año en el equipo, procedente de la UD Güímar. De inmediato se convirtió en una de las revelaciones de la temporada con total integración en el bloque, solvente en todas las facetas defensivas: "Sin duda la clave principal de aquel ascenso, además de la calidad propia que tenía el equipo, era la influencia de los veteranos sobre los jóvenes. La experiencia de Felipe Martín, Julio Durán, Mayé, Benito, el pedazo de futbolista que era Pepe Farías, ... ayudó muchísimo a los nuevos valores, como era mi caso. Me llevé un par de cogotazos de Julio Durán, por ejemplo, porque ellos no permitían que nadie se relajara un minuto".

"La influencia de esos jugadores y del míster era determinante en una Liga muy dura como la actual. Roque Olsen nos impresionaba", confiesa. "Yo estaba en mi primer año como jugador profesional y él tenía algo conmigo especial. Me echaba broncas todos los días, a su manera. En una ocasión, como estaba errando muchos pases en un entrenamiento en Maspalomas, me dijo que dejara el entrenamiento. "Usted ve todos los balones que caen por fuera. Los recoge y se los entrega a sus compañeros", me comentó. ¡Me puso de recogepelotas!. Siempre estaba en tensión con él pero, al final, siempre jugaba".

Juanito tuvo un minuto especial como ese entrenador que le llevó al panorama nacional: "Su momento de debilidad personal lo vi cuando celebrábamos en Madrid el ascenso (el 13 de abril de 1985). Brindamos juntos y me dijo: "Juanito, no todos los futbolistas logran lo que tú has hecho. En un año pasas de jugar en Tercera División a Primera". Sus palabras no las olvidaré".

Saavedra: "No encajar era una obsesión"

Luis Saavedra también admite que "la disciplina y el rigor defensivo fueron nuestras claves toda la temporada. Perdimos apenas dos partidos en el campeonato y estábamos obsesionados con dejar nuestra portería a cero. Eso es, de alguna manera, lo que no está logrando de pleno esta temporada la Unión Deportiva Las Palmas. La cantidad de goles encajados (36) con respecto a los demás que están arriba es muy alta. Esa cifra corresponde a conjuntos que están en la zona media de la tabla, como Mirandés o Tenerife".

Observa el orotavense que "la Segunda División puede cambiar de equipos y jugadores todos los años, pero se conservan algunos aspectos similares. En la parte de arriba existe una gran competitividad, una dura lucha por los primeros puestos. Ocurría hace treinta años igual que ocurre ahora", reflexiona. "Roque Olsen marcó diferencias con el equipo porque consiguió dar un punto de disciplina y orden a gente muy joven como los que teníamos en la plantilla. Olsen le sacó rendimiento a todo el mundo".

"Además", añade, "nuestro equipo dominaba otro factor importante en la competición: la estrategia. Yo marqué goles así pero mis compañeros también. Nos aprovechábamos de un jugadorazo como Koke Contreras. No solo por sus lanzamientos directos; es que llevaba peligro en las faltas laterales y en los corners, dándole una rosta magnífica al balón. Koke era una pieza importante que daba sentido a todo lo que nos sacrificábamos a nivel defensivo".

El 0-0 del Bernabéu, de la fecha de la efeméride, no fue precisamente un partido para enmarcar. "Horroroso, diría yo. Salimos allí pensando en lograr el punto que nos diera el ascenso. No hubo ni ocasiones. Lograr el objetivo a falta de cinco jornadas es algo muy complicado entonces y ahora. La satisfacción la conservamos aún, treinta años después".

Farías habla de la filosofía de Olsen

Pepe Farías, centrocampista organizador de aquel equipo, repara en el dominio psicológico que Roque Olsen tenía sobre todos los jugadores. "Yo fui alférez en el Ejército y puedo comentar que la autoridad es clave en cualquier contexto de grupo, especialmente en el deporte. Y Olsen era una persona que cuidaba muchísimo todo ello. Por eso creo que la clave fue, precisamente, el orden y la disciplina del grupo que luego se reflejaba en el terreno de juego. Todo ello es válido en 1985 y 2015, por supuesto".

Nos cuenta Farías su anécdota personal con el entrenador hispano-argentino. "Conmigo siempre fue correcto pero un día, en Cartagena, algo vio en mí que le hizo reaccionar. Y me dijo: "Usted, Farías, ¿qué le pasa?, ¿se le acabó el butano de la bombona?. Nunca había hecho durante toda la temporada algo así conmigo y fue un toque de atención que, francamente, me hizo reaccionar. Aún hoy no se me olvidan las palabras. La clave era así: estar atento todos los partidos, al ciento por ciento, de principio a fin, con orden y disciplina".

Ese orden futbolístico con tanta calidad entre los jugadores se tradujo en el éxito. "El equipo no encajaba goles, que es algo imprescindible también en una Liga como la de hoy. Pero soy de los que piensan que los ascenso a Primera División se cimentan en casa. Si ganas siempre en casa, en los desplazamientos rascas puntos también. Eso está ocurriendo esta temporada. La media perfecta en el fútbol actual es lograr una de 7 puntos de nueve; dos victorias y un empate. Con lo exigente que se pone la competición esa media no falla y siempre puede permitir un bache. Y contar también que las rachas son difíciles de mantenerla toda la temporada tan larga como es la Segunda División. El objetivo empieza por ser fuertes en defensa".

De aquel ascenso de hace tres décadas, Farías salió fortalecido también a nivel individual. "He visto el vídeo de Tinta Amarilla, recordando también aquellos días. En muchos goles estoy marcando o dando la asistencia. Si yo hubiese tirado penalties y faltas también habría estado a la altura de Koke Contreras" (risas). "Realicé una buena temporada pero todo dentro de un grupo que funcionaba a la perfección. Conseguir el ascenso con tanta anticipación es muy complicado. Lo fue entonces y también ocurre hoy".

Javi Campos: "Trabajo, trabajo, ... y Olsen"

"Trabajo, trabajo, trabajo, ... y Olsen", nos manifiesta Javi Campos, el lateral zurdo de la época. "El entrenador fue determinante. Logró que toda la plantilla se mentalizara durante todos los meses de la temporada en base al sacrificio para lograr el ascenso, que se había vuelto una obsesión en nuestro club. Cuando nos reunía para dar una charla siempre tenía una palabra presente: unión. Nos pidió a los jugadores que fuéramos compañeros, solidarios, que estuviéramos siempre apoyándonos".

Con el lateral de Costa Ayala, Roque Olsen tenía un algo especial. "Siempre se dirigía a mí con una frase. "Dígame si alguien le está engañando". A partir de ahí venía todo lo demás. Era su manera tan especial de centrar al futbolista. En nuestro equipo había mucha calidad, pero además Roque Olsen consiguió que cada balón, en cada partido, fuera una disputa".

Le recuerda Javi como "un entrenador sencillo. Olsen no tiene nada que ver con los técnicos de ahora, que están centrados en lo físico, táctico, estratégico o en lo técnico. Él no profundizaba en ello porque todo eso era parte del jugador. Él quería orden en el campo y disciplina de equipo. Y consiguió que, además de los resultados, el equipo siempre estuviera unido por dentro. Jugar en la Unión Deportiva en aquella etapa era muy difícil. El equipo base estaba hecho y, para no salir de él, el jugador lo daba todo en cada partido. Si había que embarrarse, se embarraba hasta el cuello. Los suplentes también lo comprendían. La idea del ascenso era más importante".

Toda esa explicación acabó en un concepto ganador: "Los egos personales no existían. En el vestuario no se hablaba otra cosa de que de ascenso a Primera División. Cuando lo conseguimos, fue una explosión de júbilo".

Ellos son: Sito, Saavedra, Manolo López, Juan Antonio Pérez, Luis, Castillo, Felipe y Juanito (arriba), Julio Durán, Alexis Trujillo, Benito Morales, Farías, Sergio Marrero, Jorge Contreras, Román y Pepe Juan (sentados), Mayé, Félix Marrero, Roberto, Javi Melián, Jorge Valencia, Javier Campos, Miguel Ángel Cabrera y Tito Angulo (debajo). Más tarde se incorporará Fernando Santís, procedente de la selección olímpica de Chile.

Comparte el artículo si te ha gustado
También te puede interesar