La historia del club está plagada de momentos culminantes en esta época, como el que hace treinta años protagonizó en San Román con su primer ascenso
B.P.
Abril es mágico para el CB Gran Canaria, en sus distintas denominaciones. En abril de 1983 aún estaba en la cancha de Rabadán celebrando su vigésimo aniversario iniciando un largo camino que aún no ha acabado. En abril de 1985, un sábado día 20, hacía cumbre por primera vez al ganar al Nissan Marisas (dirigido entonces por un incipiente Javier Imbroda) y meterse en la máxima categoría española con todos los honores. Ocurrió en la cancha Carlos García San Román, en un ciclo de convivencia con el Canteras UD de balonmano. Un abril después el equipo que había llevado a la élite los Pepe (Moriana y Clavijo) disfrutaba en el remozado pabellón de Tamaraceite deleitando a una afición que por vez primera veía de cerca a una constelación de estrellas y gozaba con un héroe propio, Willie Jones, el astronáuta que flotaba en aquella instalación.
Muchos abriles más el club hizo vibrar a los aficionados que acudieron al Centro Insular de Deportes, el templo de los mejores momentos en la historia del equipo e, incluso, de otros clubes de la isla que allí vivieron días de gloria con títulos de rango: Guaguas Las Palmas de voleibol y Sandra Gran Canaria de baloncesto femenino. En abril, el Gran Canaria se despidió del CID e hizo su traslado hace un año al Gran Canaria Arena, donde este viernes 24 se producirá la más importante fecha en la historia del club: final-ida como local de la Eurocup, frente al Khimki de Moscú.
Otro 20 de abril de 1985 se produjo aquella gesta con la memorable victoria 76-56 frente a los malagueños, que más tarde harían fusión para el equipo único de la capital andaluza. Titi García (24), Subías (18), Garza (17), Beltrán (6) y el fichaje en plena travesía, Berdi Pérez (5), fueron los autores del quinteto titular de aquella jornada, junto a Paz Talán (2), el recordado Eduardo Polo (2), Luis Martín (2), Turégano y Ruiz.
De aquel partido salieron unos hérores, con otros nombres que quedaron inscritos en la temporada. Nacho Pinedo, base lesionado, y el técnico estadounidense Raymond Townsend, cuya primera experiencia internacional apenas duró mes y medio, hasta que Clavijo tomó el mando.
30 años de aquel partido han pasado en el tiempo. Tres décadas para alcanzar la madurez y, en 2015, con un abril en el que hay un intento claro de consagración bajo la batuta de un técnico consagrado.