"Nadie imaginó que Tonono no volvería a jugar más"
06/05/2015

Pepe Juan Suárez fue goleador del último encuentro del zaguero internacional, nueve días antes de su inesperado fallecimiento

Manuel Borrego

Pepe Juan Suárezlleva grabado a fuego todos los acontecimientos de aquellos últimos días de mayo y primeros de junio de 1975, cuarenta años atrás. Cuando contactamos con él para hablarle del motivo de este episodio sobre Tonono Afonso no presenta un error en enumerar cada uno de los datos de los partidos que corresponden a los últimos del defensa como futbolista profesional, antes de su óbito el 9 de junio de aquel año. Suárez goza de una característica singular en aquellos encuentros, especialmente los dos últimos, al ser goleador en ambos y quedar inscrito su nombre en días muy emotivos para el club y para todo el deporte de Canarias.

"A nadie se nos pasó por la cabeza que estábamos despidiendo sin saberlo a Tonono. Todo estaba ocurriendo con normalidad y él, como siempre, jugó con la misma intensidad lo dos partidos unos días antes de su sorprendente fallecimiento", nos rememora.

Tonono se despidió de la afición de la UD Las Palmas tras una victoria trascendental frente al RC Celta de Vigo, el 25 de mayo de 1975. Era última jornada y el 3-1 de los amarillos significó la salvación de los hombres de Pierre Sinibaldi. "Al finalizar el encuentro, fue tal la alegría que nos llevamos, que con el estadio a rebosar el equipo celebró la permanencia en Primera con los aficionados".

El jolgorio de una salvación

Pepe Juan marcó dos de los goles. El 1-0 y el 2-1. Entre ambos, igualó Lezcano. Y la tarde la terminó Quique Wolff con una jugada personal espléndida y disparo al larguero que acabó entrando, en la grada Curva. "Fue un día muy feliz para todos. Y lo acabamos en una cena con nuestras parejas. Ocho o nueve jugadores, entre ellos Tonono y yo, nos fuimos a un restaurante en las inmediaciones del Hotel Reina Isabel. Allí, incluso, coincidimos con José María García -periodista estrella de la época- y, como Tonono tenía confianza con él, me gastó una broma. Le dijo a García que no me firmara una dedicatoria de un libro que aquel había escrito. García le siguió el juego".

Aquel encuentro contra el Celta, epílogo de la Liga, enlazaba con una eliminatoria de Copa frente al Málaga. Y en la Rosaleda fue donde, el 31 de mayo de 1975 -nueve días antes de su muerte- Tonono jugó su último encuentro como capitán de los amarillos. Hubo empate (1-1), con gol de Orozco para el Málaga y de Pepe Juan, otra vez, para Las Palmas.

La última alineación y el primer síntoma

Sinibaldi formó con Catalá, Martín Marrero, Tonono, Castellano, Hernández, Félix, Pepe Juan, Páez, Germán, Fernández y José Luis (luego Felipe, tras el descanso). Quedaron en el banquillo Pérez -portero-, junto a Melián y Trona.

"Y allí nos dimos cuenta que algo pasaba. Después del partido, al día siguiente la plantilla salió a dar un paseo como era habitual. Sin embargo Tonono dijo que no se sentía bien y que se quedaba esperándonos en el hall del hotel. No sospechábamos todo lo que iba a ocurrir posteriormente. Porque todo sucedió muy rápido, sin apenas poder asimilarlo. Hasta que aquel día, por las noticias de la tele, nos enteramos de su fallecimiento. Fue algo impactante", recuerda.

Un jugador influyente

Las Palmas eliminó al Málaga con el 2-1 de la vuelta, ya sin Tonono, ganó más tarde 4-0 al Real Madrid en la siguiente ronda y, tras el fallecimiento del capitán aruquense, vino el célebre partido del 5-0 en el Bernabéu. "Recuerdo que Germán hizo una gestión para ir a verle al hospital pero que nos recomendaron que no lo hiciéramos porque, de repente, estaba muy mal. La plantilla quedó realmente impactada y nuestro rendimiento no fue el mismo. Fueron días muy duros".

Sobre el incipiente Pepe Juan, Tonono tuvo una influencia personal importante. "La verdad es que todo lo que se cuenta sobre Antonio se queda corto. Era una persona excepcional, magnífico compañero, se desvivía por todos. Por costumbre tenía atenciones con aquellos jugadores que no participaban en los encuentros. Los invitaba a comer en el restaurante de La Tropical, en la carretera del centro. Pasábamos un buen rato. Tonono, además, era especialmente cariñoso con los jóvenes. Trataba de enseñar y intentaba integrarles a su manera. Gastaba unas bromas poniéndose muy serio ... que nunca sabías en realidad lo que estaba tratando hasta el final".

A él mismo, le tocó un aprendizaje al estilo Tonono con apenas 17 años. "Yo era un chiquillo y en una concentración en Madrid nos llevó, tras la cena, a dar un paseo por la capital. Salimos y entonces nos fue mostrando dónde estaban cada una de las salas de fiesta. Y al regresar al hotel nos dijo, en tono serio, "¿las vieron?. Pues allí es donde no tienen que ir". Se las sabía todas".

La formación del último partido de Tonono en el Insular, frente al Celta -25 de junio de 1975-. Carnevali, Martín Marrero, Tonono, Hernández, Félix y Castellano, de pie. Pepe Juan, Wolf, Fernández, Germán y Felipe, agachados. (N.R.)

La Macarena, El Rocío y Tonono

Comprendían los jóvenes que el capitán dominaba todo. Pero, también, aprendieron "la manera en que se desvivía por los compañeros. Si había un problema de cobro o económico, él se ponía por delante para hablar con él club y resolver la situación a cualquier jugador, con independencia de la edad o condición que tuviera. Tonono era un capitán de verdad para todos los compañeros de la UD Las Palmas".

A Pepe Juan le llamó la atención también el grado de admiración que el internacional aruquense tenía en toda España. "Era el jugador más popular de nuestra plantilla. En toda España le conocían ... pero en Sevilla le querían más que aquí. Eso me lo parecía. En algunos restaurantes de fútbol de la ciudad tenían fotos de Tonono junto a otros jugadores del Sevilla, algunos amigos suyos. Un día me dijeron que en Sevilla tenían tres iconos: La Macarena, El Rocío y Tonono. Hoy es difícil de comprender cómo un jugador canario tenía allí tanta admiración, pero eso ocurrió. Creo que aún hoy le recuerdan igual los antiguos aficionados".

Pepe Juan siente un placer personal de haber estado a su lado. "Todos los que le vimos sabemos qué valor tiene. Futbolísticamente ha sido el mejor en su puesto, para mí el mejor libre de todas las épocas. Fue una pena muy grande perderle tan joven. Lo sentimos mucho". Cuarenta años después, de alguna forma, Tonono vive también en el joven al que ayudó a encontrar caminos en el fútbol.

 

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