M.B.

Cada vez que Raúl Lizoain regresa al once titular sube un peldaño. Se le ve mejor, más hecho, con lecciones aprendidas. La de esta temporada es, quizá, la más enriquecedora de todas. No se ha descompuesto su cara en momento alguno, asumiendo los distintos papeles que se le podrían otorgar en el proyecto: titular, reserva y ahora, de nuevo, revulsivo para el equipo. Porque a él le toca, en primera instancia, hacer olvidar el dolor de Casto Espinosa, con su rotura en el gemelo.

Raúl Lizoain acude a su vigésimo encuentro de Liga en Segunda División, categoría en la que actúa con intermitencias en el once. Siempre bajo concepto de portero en proceso de madurez pero ya con síntomas de alcanzar ese grado, después de tres temporadas y media desde su debut en El Alcoraz: 26 de enero de 2011, por expulsión de Mariano Barbosa tras la comisión de un penalti frente al Huesca.

Raúl fueron los guantes iniciales del campeonato, habiendo cubierto un total de ocho encuentros. Las horas de vuelo de Casto le sirvieron como aval ante Paco Herrera, que le dio la alternativa con motivo de la visita amarilla al Real Betis Balompié, en el Benito Villamarín.

El meta grancanario recibió las decisiones del entrenador como gran profesional que es: respetando y partiéndose cada mañana, en cada entrenamiento. Ahora le regresa su hora y merece el mensaje a la recíproca.

Estas son las aparaciones de Lizoain en la presente Liga y los encuentros que le restan en la fase regular:

Partidos jugados, titular, minutos, convocado sin jugar y goles encajados.