Tardaron en aparecer pero ahí estuvieron. Fondos del Segura volvió a convertirse en la alfombra de los amarillos, camino del Estadio de Gran Canaria. Los futbolistas sintieron el calor de los hinchas, animados y dispuestos a llevar el mensaje antes de que accedieran al vestuario y conocieran las decisiones de Paco Herrera. El público despertó aunque en menor medida que en promociones precedentes.

Y ya en el Estadio de Gran Canaria, la afición jugó su rol. Estuvo metida en el partido, llenando del bello color amarillo el graderío de un recinto que al final gozó del pase de sus futbolistas.

Jugó su partido y lo hizo de forma inteligente. Protestó, sin llegar al 'atraco' que reclamaron en Valladolid. No necesitan decirlo más, lleva sufriéndolo todo un campeonato. Y supo estar cuando Las Palmas requirió el aliento, por si decaía, que no ocurrió.

Los 17.312 que alineó Paco Herrera en las gradas también respondieron. Vivieron con intensidad, sufrieron hasta el último minuto sin moverse de sus asientos. Lo saben: este equipo es así y a veces te premia con un beso, como este sábado.

Fueron 17.312. El miércoles o el domingo próximo serán muchos más.

Fotos: C. Torres