La UD rechazó la más alta operación de traspaso de su historia, aunque los emisarios del Palermo aún conservan la esperanza de seguir negociando a distancia. No calcularon que el escenario económico y deportivo del club amarillo cambió desde el 21 de junio
Manuel Borrego
En momento alguno en el verano de 2015 la UD Las Palmas ha mostrado interés en hacer caja con una hipotética venta de Sergio Araujo. El escenario económico y deportivo del club amarillo es ahora el mejor de la última década o quizá de su historia. La entidad grancanaria no ha tenido necesidad, incluso, de encajar números con la salida de algunos de sus efectivos, ni se lo planteaba. Manejará en 2015-16 el más voluminoso presupuesto conocido, con la mayor entrada por derechos televisivos (28 millones), una campaña exitosa de captación de abonados (20.000 garantizados cuando se reabra la admisión, cerrada en 17.493) y contratos de patrocinio que tocan a la puerta de la entidad. Y se esmera en vivir y tomar decisiones desde la humildad, sin dejarse llevar por la riada actual.
Todos los intentos en la 'operación Araujo' llegados del exterior han sido por iniciativa de un segundo club ... y por los agentes que podrían también llevarse un buen pellizco. Incluso Boca Juniors, con un 20% de una segunda transmisión, estará frotándose las manos y avalando la idea de que su ex jugador haga las maletas y salga de Gran Canaria. En los despachos de Pío XII, en este nuevo teatro que se ha generado después del ascenso del 21 de junio, llegó la más cuantiosa oferta por un jugador en la historia de la UD Las Palmas: 12 millones de euros, pero ni por proximidad contemplaba el "mínimo exigido por el consejo de administración", como destacaba este jueves el director general de gestión, Patricio Viñayo.
La oferta rechazada por la UD Las Palmas en 2015 duplica las mayores operaciones de salida que protagonizaron Turu Flores y Manuel Pablo conjuntamente (1998) y Antonio Guayre (2001). El 'no' se lo llevan Manuel Gerolin y Federico Pastorello aunque, seamos prudentes, en estos casos siempre hay que decir 'de momento', porque el mercado de fútbol es un ente vivo, en constante evolución. Y eso lo saben bien los gestores actuales del club grancanario.
La ofensiva del Palermo, el equipo de la Serie A italiana, ha sido la más importante de cuantas tentativas han cobrado la luz por el futbolista que anotó 25 goles la pasada temporada y que ha puesto su firma en el día más importantes de la entidad de los dos últimos lustros. Los emisarios del club siciliano ya están de regreso tras haberse sentado a negociar una operación de momento imposible con Toni Cruz, citado como mediador directo de la 'operación Araujo'. Pero ésta solo se ha tomado una tregua, porque el verano es largo.
El jugador formado en Boca, antes o después, será objeto de una transferencia por parte de la UD Las Palmas. Posiblemente no ocurrirá en el verano de 2015. Ese puede ser su destino porque si todas las condiciones que ha mostrado esta pasada campaña la repite en Primera División, no será sólo el Palermo quien aspire a contratarle. Sin embargo, Las Palmas quiere verle en la máxima categoría. Sabe también que esa cláusula de 60 millones a compartir (48-12) con Boca Juniors es una llave en mano y una cifra que invita a elevar listones a los posibles compradores. Si Araujo reedita sus condiciones en Primera, el precio se va a disparar.
Se convierte, pues, en una agonía disponer en la plantilla de tan buenos jugadores como lo es Sergio Araujo. Estas mismas sensaciones se vivieron en los años noventa cuando Las Palmas 'descubrió' para el fútbol español a José Oscar Flores. El rumor, las negociaciones, los movimientos de los representantes, las declaraciones del propio jugador, ... eran constante desde su arribo a Gran Canaria, junto a Alejandro Simionato. Todo apuntaba a que el Turu cambiaría de aires, porque los goles siempre enamoran, como los de Araujo. La UD de entonces no tuvo la oportunidad de brindarle a Flores una Primera División, quedándose a las puertas con el Real Oviedo, y se vio abocada a una venta tras dos años.
En las redes sociales, la afición habla en amplia mayoría de que quiere al héroe de la pasada temporada en casa, de amarillo y en Primera. El jugador está tranquilo, aclimatado a Gran Canaria, disfrutando de una desbordante juventud que no le debe hacer tener prisas. A su alrededor, mucha sabiduría futbolística aconsejándole y una hinchada que se desvive por él. Lo sabe: antes de venir ya le querían. Tiene un papel importante que cumplir en la próxima temporada ... pero agosto será largo. Los italianos se marcharon pero dejaron el recado: el teléfono sigue abierto 24 horas.
