M.B.

El prestigio de Berdi Pérez para reconstruir proyectos deportivos de baloncesto está fuera de toda duda, al menos en el Gran Canaria. En alguna vez su nombre llegó a sonar para la UD Las Palmas, habida cuenta de la capacidad de administrar información, de persuadir a jugadores y buen negociador que siempre ha sido. Si a su valoración unimos decisiones asociadas a un entrenador de tan dilatada experiencia como Aíto García Reneses, no es de extrañar que el próximo conjunto que salga a competir en la Liga Endesa, Supercopa, Copa del Rey y Eurocup tenga un aspecto -sobre el papel- mejorado al que le precedió, reponiéndose a alguna decisión compleja que le ha podido trastocar planes. No ya la marcha de un jugador tan consolidado como Tomás Bellas al Zaragoza, sino quizá la de mayor rango pueda ser el vuelo de Edy Tavares a la NBA. El caboverdiano ya no tenía una presencia testimonial en el equipo; se había convertido en una de las referencias.

Pero la confección del nuevo bloque deja entrever interesantes detalles que permiten esperar en 2015-16 a un Gran Canaria tan competitivo como el ejercicio anterior, inmerso de entrada en cuatro posibles competiciones, que son su objetivo inicial. Cosechar éxitos de tan alto grado como el del subcampeonato continental del pasado ejercicio es otro cantar ... pero ahí está el listón.

Es un Gran Canaria que se regenera, que se reinventa, especialmente en el puesto de base y en el de pivot. La llegada del genial jugador canadiense Kevin Pangos, en su primera aventura continental, es uno de los grandes atractivos de la campaña. Habrá que ver si es capaz de ser tan dinámico como lo fue en su universidad (la prestigiosa Gonzaga), si mantiene el acierto en el tiro, en las penetraciones, en las asistencias y si ofrece esa condición física plus tan exigente para poder defender como se requiere en Europa. Si es capaz de ratificar lo que ya se le conoce, los ojos de la Liga Endesa se dirigirán hacia él.

A su lado estará un experto en la materia como Albert Oliver, ideal consejero.  El equipo de García Reneses mantiene piezas fundamentales en el juego exterior del equipo (Kuricy Newley), mientras aviva sus esperanzas con llegadas del calibre de Rabaseda o la renovación del francotirador Sasun Sallin. Al joven valor Oriol Paulí le queda un papel con mayores responsabilidades para su segundo año en la isla.

Para el juego interior, la solución a la marcha de Tavares -la que realmente podría desdibujar el trabajo precedente- se ha elegido a un jugador apenas 4 centímetros menos que el caboverdiano, pero quizá con una soltura técnica al menos a la par para lo que Aíto había cubierto. El esloveno Omic ha manifestado estar muy motivado y a su lado tendrá a un jugador líder como Savané, para completar ese duro trabajo bajo tableros. Muy cerca de ellos, dos 'cuatro' que no generan incógnitas: Pablo Aguiar y el otro jefe del vestuario, Eulis Báez.

Cuando el club concrete la marcha de Urtasun, quedará vacante la plaza 12 de plantilla, tradicionalmente destinada para algunos de los canteranos.

Este es el Gran Canaria, un equipo aún en vacaciones con la mitad de sus miembros asumiendo compromisos internacionales con sus respectivas selecciones: Pablo Aguilar y Xavi Rabaseda (en la preselección del Eurobasket con España), al igual que el finlandés Sasu Sallin y el esloveno Alen Omic. Brad Newley, con Australia una vez más, para preparar el torneo oceánico de FIBA, mientras Eulis Báez inicia esta semana la preparación de la Copa América de basket con la República Dominicana.

Aíto nutre su segunda campaña en el club con experiencia, juventud, jugadores versátiles y bien secundados por reservas. Un año que antes de empezar presenta un aspecto luminoso.