M.B.

La escena de este jueves la podría haber filmado el mismísimo García Berlanga. En el club noble de la capital grancanaria también reside la España profunda, la Canarias que enloquece cuando pasan ante sí ídolos de amarillo. Una algarabía se montó en el Real Club Náutico con motivo del homenaje popular que aquella institución, anfitriona el 22 de agosto de 1949 para la fusión de los cinco equipos que dieron a luz a la UD Las Palmas, ofreció a los protagonistas del sexto ascenso a la Primera División.

Cuando el vehículo tematizado de Las Palmas Bus apareció por la rampa del varadero de Las Alcaravaneras se desató en entusiasmo. Lo hacía con 30 minutos de retraso y la expectación había crecido en grado máximo, con centenares de personas esperando la llegada. Los niños de la sección de vela fueron los primeros en recibir a los jugadores, cuerpo técnico y médico, además de dirigentes que componían la delegación de la UD Las Palmas. La Banda de Guayedra, citada para tal ocasión, metió potente el sonido a fiesta de verano y todo se desbordó.

Grandes, mayores, socios, amigos, ... todos rodearon a los futbolistas que están en los últimos actos de la precampaña, antes de que la competición eche a rodar en el Vicente Calderón. Durante más de una hora, el inagotable flujo de aficionados rodeó a los Araujo, Jonathan Viera, Valerón, Leo, Hernán, Roque ... todos firmaron autógrafos; Paco Herrera y hasta el presidente de honor, Germán Dévora, que acompañó en la mañana nauta.

Oscar Bergasa, el presidente del club, fue el encargado de dar la bienvenida a los visitantes recordando que "en el viejo club de Santa Catalina fue el lugar de la fundación de la UD Las Palmas. Es un orgullo tenerles aquí de nuevo", donde todo comenzó.