M.B.

El mercado de jugadores es un ente vivo, muchas veces imprevisible. Guardar prudencia sobre cómo es su evolución es una señal inequívoca de los negociadores de los clubes. La situación en la UD Las Palmas varió definitivamente este lunes, al regreso del primer partido de la temporada. Miguel Ángel Ramírez valoró la llegada inminente de dos refuezos. Lo único que se conoce es que es que tendrán los dorsales 12 y 25, este último vacante ese mismo día tras la cesión de Jesús Valentín a la SD Huesca.

Pero el entrenador ha dejado semillas en el camino. Casi a modo de premonición, advertía antes del viaje a Madrid que había una necesidad de cubrir las espaldas de Javi Castellano al no tener en plantilla un jugador sacrificado que respondiera a sus características. Tenía por una lesión que, por desgracia, se produjo antes que después.

La baja de Castellano conlleva a que se reserve una de las plazas. Y también Paco Herrera habló la pasada semana de la necesidad de presionar a jugadores como Nauzet Alemán, con un futbolista más para el ataque.

En esos parámetros estaría la búsqueda de las dos últimas piezas del puzzle 2015-16. Esos dos futbolistas más que complmenten a los Javi Varas, Pedro Bigas, Antolín Alcaraz, Javier Garrido y Willian José, que han sido los cinco refuerzos que llevan firma en la actual plantilla.

El reloj ya galopa para el cierre del primer mercado estival de jugadores, también en la operación salida (atascado en exceso las decisiones de Leo Ramírez, Carlos Gutiérrez y José Artiles a aceptar clubes donde seguir sus respectivas trayectorias deportivas).

La Liga empezó pero todo lo demás está a punto de cerrarse. En el transcurso de la semana, dijo el titular del consejo de administración, se remataría la plantilla de Paco Herrera con esos dos refuerzos. Sin embargo, el entrenador no tendrá de rodarles, por lo que tendrá que exprimir su ingenio para resolver sobre la marcha el segundo obstáculo de la campaña.