M.B.

Mucho se conoce de Paco Herrera por su paso futbolístico, como centrocampista, por el Damm de Barcelona, el Sporting de Gijón o el Centro de Deportes Sabadell. Pero menos, sin duda, de su etapa en el Levante UD, entre 1977 a 1979, que resultó aciaga con los granotas a causa de dos importantes lesiones: una de rodilla y otra de hombro. En ambas hubo quirófano. La segunda justo después de recuperarse de la primera, militando el equipo valenciano en la tecera categoría del escalafón nacional. Herrera se volverá a encontrar este domingo con el escudo de lejano recuerdo y de cuyo paso apenas existe documentación al respecto.

Paco Herrera ya había abandonado las filas del conjunto asturiano cuando recaló en el equipo granota, donde coincidió en su etapa con jugadores canarios y con presencia en la UD Las Palmas: Manolo Marrero, Carmelín Álvarez (q.e.p.d.) y Manolo Medina.

Es Manolo Marrero el que hace un recordatorio de aquel futbolista que fue su compañero y con el que casi cuatro décadas después conserva una grata relación. Así le recuerda el grancanario:

- Paco era entonces como lo es ahora. A nivel futbolístico destacaba por su fortaleza física en el centro del campo, sin dejar de estar dotado de buena técnica. En aquella época era un jugador que hablaba mucho en el terreno de juego, constantemente dando observaciones. Pero a la vez, animaba a sus compañeros en los partidos. Fue siempre una persona muy positiva ante el trabajo. Quizá porque iba para entrenador. Yo fiché por el Levante porque cumplía con esa cesión mi etapa militar y Herrera era uno de los líderes del equipo. Paco era un futbolista, además, maduro, en el que descansaba el equipo. Era amable y agradable en el trato. Al encontrarme de nuevo con él he visto a la misma persona. Se relacionaba con muchos jugadores, pero recuerdo que tenía una amistad especial con Murúa, que más tarde sería jugador del Almería y Espanyol en Primera.

La etapa de Marrero en el Levante coincidió con la campaña en que la UD Las Palmas disputaría la final de Copa de 1978, frente al FC Barcelona. "Tuvimos de entrenador a Vicente Dauder y José Antonio Naya. Este último quería ficharme para Segunda División pero yo me quedé en la Unión Deportiva, a pesar de que la oferta del Levante era muy importante".