Manuel Borrego

Javier Monzón (43) siente una decepción personal con su propio deporte. Nos lo explica: "Comencé en la lucha canaria desde que estaba en la barriga de mi madre. Mi primera licencia fue a los seis años de edad y ahora me la niegan con una de las medidas más absurdas y bochornosas que he conocido".

Se expresa así cuando el Adargoma se ha situado de forma involuntaria a las puertas de un proceso para desmontar una norma que afecta a uno de los luchadores con mayor arraigo en Gran Canaria, no sólo por su propia cosecha sino por la estela de una saga con nombre propio en el vernáculo deporte.

El mandador y bregador del Adargoma se siente incómodo y no comprende cómo recibe una zancadilla federativa con una norma que se pretende aplicar de cara a la temporada 2015-16 y que, en teoría, únicamente afecta a él. Consiste en que no se habilitan licencias en Tercera categoría para luchadores que, en su trayectoria deportiva, hubiesen disfrutado en alguna ocasión durante dos años condición de puntal A, B o C o también destacado A. "Fui puntal C, luego destacado A, B, C y D. Ahora no soy nada, no estoy entre los clasificados. Y se aplica una norma restrictiva que, en realidad, viene a afectar a los deportistas que han sido respetuosos con su deporte, que se han cuidado y se han esmerado en alcanzar cotas. Es una medida", añade, "sólo para Gran Canaria porque Tercera categoría no existe esta próxima temporada en las distintas islas. Que sepamos, sólo me afecta a mí pero estaría igual de molesto porque este tipo de gobierno en la lucha no ayuda. En mi lucha canaria no sobra nadie; todo lo contrario. La lucha se crea sus propios problemas cuando debe centrarse en encontrar soluciones".

La voluntad de Javier Monzón para ponerse una ropa de brega es realmente baja en las últimas temporadas. En 2013 pasó por el quirófano y, en realidad, no ejerce participaciones aunque siempre tiene en mente echar una mano al club de San José. "Tenía intenciones de cesar en mis funciones esta temporada. Pero no puedo hacerlo. Me he comprometido con el club para meter el hombro en estos momentos difíciles. Mi intención tampoco es luchar, pero por si acaso hace falta la licencia la vamos a presentar. Sin embargo, por una cuestión de principios, nos obligará a intervenir ante la Federación. No por mi caso, sino por todos aquellos luchadores que en su día han mantenido la esencia de la lucha canaria y que puedan verse afectados".

Estas son las valoraciones que Monzón realiza a Tinta Amarilla sobre diversos aspectos de la lucha canaria que analiza a raíz de la polémica norma que ha aprobado la Federación Regional de lucha canaria.

Sensación de castigo

"La primera impresión que tengo es una sensación de castigo por parte de mi deporte. Es una zancadilla en un momento en que a nivel personal ya había bajado el pistón como luchador. Llevo 37 años en los terreros y esto no lo llego a comprender bien. Mi propio deporte me hace sentir indefenso"

Todos merecen mis respetos

"Todos los luchadores, cualquiera que sea su condición, merecen mis respetos. Pero es cierto que esta medida puede beneficiar, por ejemplo, a otros deportistas que pudieron no tomárselo tan en serio o no llegaron a tener esa condición que otros alcanzaron. Es otra decisión que no se entiende porque se perjudica a los que han sido mejores. Si la medida está relacionada con la edad, entonces es un error la manera de aplicarla. Pero creo que, tal como está nuestro deporte, en la lucha canaria no sobra nadie. Necesitamos que se divulgue más entre niños o mayores. Necesitamos a todos. Las medidas de limitación no son buenas"

Como Pepe Alemán o Chucho Lozano

"Hay ejemplos recientes, como los de Pepe Alemán o Chucho Lozano la pasada temporada (Estrella, campeones de Copa y lucha corrida en Tercera). La presencia de estos luchadores, al contrario, es un incentivo para la competición de Tercera en las condiciones en que está actualmente. Es un incentivo, incluso, para aquellos nuevos luchadores que pueden enfrentarse a gente con tanta calidad, como ellos conservan. Y también poderles ganar. Por eso creo que la lucha se pone sus propias zancadillas"

Primera y Segunda; puntales y un tipo de destacados

"Tres categorías de equipos es excesivo y desproporcional en la actualidad y no se corresponde a la realidad de la lucha canaria. Sería suficiente una Primera y una Segunda categoría. Y si una es excluyente, la otra no. Pero tanta normativa hace que la lucha canaria se cree sus propias cadenas. De igual forma, es excesivo tanta estructura entre puntales y destacados. Sería todo más claro y se evitarían suspicacias si existieran los tres tipos de puntales y uno de destacados que agrupe al resto. Eso es suficiente porque ya van por destacados D. Como sigan así se acaban las letras. Esta estructura tan amplia hace que se generen limitaciones en los equipos. No hay arroz para tanto pollo. Se trata, en cualquier caso, de hacer una estructura lo más objetiva posible y que no ocurra que existan destacados C que serían puntales encubiertos como se ha podido ver en algunos casos"

Demasiadas normas

"La lucha canaria se genera sus propios problemas, insisto. Un exceso de norma, algunas contradictorias, puede llegar a ofrecer una sensación de desgobierno de este deporte. Y el reglamento debe ser justo, no caer en papel mojado ... Porque: ¿cuántas alineaciones indebidas caen en los comités a lo largo de la temporada?, ¿y cuántas se sancionan como dice en teoría el reglamento?. La lucha se ha convertido en esclava de sus propias normas y rectificaciones"

Una idea simple como solución

"La lucha es un deporte atractivo; y para mí la modalidad más espectacular es la lucha canaria. La esencia de nuestro deporte es simple: acaba cuando hay un luchador en el suelo. Eso lo entiende cualquier aficionado y, además, la modalidad se ejecuta con una gran belleza. Así de simple también debería ser la normativa, para que solamente tenga una interpretación. Porque todo lo demás se complica con una normativa que es confusa y repleta de puntos que se contradicen en algunos casos"

La lucha no vale tres euros en el Gran Canaria Arena

"Me impactó a nivel personal comprobar que la mejor luchada que se pudiera organizar, con los mejores puntales de Canarias, tenga un valor de tres euros en las taquillas del Gran Canaria Arena. Esa es la imagen que transmitieron. Es la propia lucha canaria la que no supo transmitir el verdadero valor de su propio espectáculo. Llevó a los aficionados un mensaje erróneo. Si un partido de Liga de Las Palmas cuesta veinte euros en Segunda División en aquellos momentos, la lucha debió estar a la altura y no dar la sensación de que no vale como espectáculo. Se demostró que no supo venderse ante los aficionados"

El aforo de las finales

"Las finales recientes de lucha canaria vividas en Gran Canaria han congregado a más de mil personas en las gradas. No hay otro deporte en la isla que sea capaz de movilizar tanto público (con aficionados que no lograron acceder a algunos recintos). Estoy de acuerdo con la fórmula de la final para resolver títulos, aunque hemos sido a veces los perjudicados por ello. Pero también hay que llevarlas a escenarios adecuados, con mayor aforo, porque la lucha sigue gustando y hay que venderla al público de la forma más adecuada. El no saber proyectar nuestra mejor luchada es un ejemplo del mal gobierno de la misma"