La jugada se produjo apenas cinco minutos para el final del partido. Un gol teldense que fue visto y no visto. Porque primero fue concedido por el colegiado Kevin Jiménez, que tras dirigirse al centro del campo retrocedió para rectificar la decisión a instancias de su auxiliar. Ocurrió en el área de Las Palmas Atlético, con un balón controlado a ras de suelo por David Ramírez. Pero, de repente, el cuero cambió de destinatario corriendo hacia el portal sin oposición el ariete visitante Samuel. Los amarillos se quedaron mirando mientras el nueve teldense marcaba. Las protestas se agudizaron cuando el meta local cayó al suelo retorcido de dolor. El colegiado decidió la anulación del tanto por una falta del 9 azulón al portero local, con un golpe del que debió ser atendido.

Pero ahí no acabó la polémica. Se extendió en discusión entre jugadores y miembros de ambos banquillos. Samuel aseguraba tras el partido que había arrebatado el balón, sin cometer falta. Los amarillos decían lo contrario. De cualquier manera, una jugada que no debe caer en el vacío porque de ella debe brotar aprendizaje. Que para esto está la categoría de formación.