B.P.

Paco Herrera alteró el sistema y cambió piezas en la búsqueda de un revulsivo en el partido. A diferencia de Vigo, donde Las Palmas se vio con un 2-0 en contra y un jugador menos, esta vez la metamorfosis de los amarillos fue en sentido inverso. Dani Castellano dejó su sitio para pasar a una defensa de cuatro miembros. Con ello se produjo más tarde la aparición de Valerón para nutrir más balones y refrescar ideas en el centro del campo.

Pero era etapa ya crítica del encuentro porque la mayoría de los jugadores locales estaban atenazados por la ansiedad. No sólo la que generaba la presión del 0-2 o la buena colocación defensiva del Éibar, sino la que añadía un campo cada vez en peores condiciones para el balón a ras de suelo.

En esas condiciones salió el Flaco para intentar dar cordura a los minutos finales. La realidad es que Las Palmas no se aproximó con claridad al gol, mientras el Éibar a la contra pudo todavía llevarse un marcador más holgado. Los tiempos del partido los calculó bien Mendilíbar. En ese tramo, también aparecieron con presencia atacante El Zhar -un recurso ya habitual- y el brasileño Willian José, que volvió a aproximarse a Araujo. Lo mejor entre ambos fue una jugada con remate de cabeza del brasileño, que se fue cerca de la portería.

Pero todo resultó insuficiente para que Las Palmas tuviera alguna posibilidad de retener algunos de los valiosos puntos que tenía en juego.