Manuel Borrego

Al mencionar el nombre de Villarreal y relacionarlo con el de la UD Las Palmas la lógica inmediata coloca los nombres de Guayre Betancort (el club castellonense pagó en 2001 los seis millones de euros de su cláusula de liberación) o de Josico Moreno (liberado un año después por la grave crisis del club grancanario añadido al descenso de categoría). Sin embargo, la primera referencia grancanaria en Liga Profesional con el ahora poderoso conjunto de la provincia de Castellón fue Javi Melián (49), Javi II o el Abuelo, como se le conoció en el balompié profesional de los años ochenta y noventa, delantero que hizo carrera en el club levantino cuando no tenía las dimensiones que se conocen actualmente. "Cuando pienso en el Villarreal que yo conocí y lo veo actualmente me da vértigo", reconoce a Tinta Amarilla desde Lanzarote, donde reside y trabaja actualmente.

Javi había debutado en la UD Las Palmas con 18 años, a las órdenes de Roque Olsen (1984-85), partícipe de la temporada de ascenso amarillo a la Primera División. Llegó a El Madrigal más tarde, en 1993, tras haber cubierto un paso por el Mérida. En el club extremeño coincidió con el malogrado Juanito, que "me hizo sentir su hijo. Yo le adoraba y él, como entrenador, también. Una pena su muerte", recuerda con añoranza.

El destino le llevó a Villarreal pero "Las Palmas estaba en Segunda B en aquel momento y a mí se me dio esta oportunidad. Recuerdo que el club grancanario intentó ficharme de nuevo para las cosas no se dieron y ahora no recuerdo bien por qué circunstancias. A Villarreal fui con mucha ilusión y, en un primer momento, tuve actuaciones muy buenas que recogieron los periodistas de la época. Me salían muchas cosas. Mi mejor partido fue contra el Betis pero, más tarde, sufrí una lesión que me hizo perder una parte importante de la temporada. Fue el espacio que perdí en el equipo, en la confianza del entrenador y todo lo demás".

Una grada de cuatro peldaños

Contactamos con Javi Melián para que nos describiera cómo era aquel Villarreal en comparación al equipo que está aún en competiciones continentales. "Lo que nunca ha cambiado es la afición al fútbol. Entonces, en proporción adecuada, al Villarreal le seguía una gran afición. Iba gente al Madrigal, que era un campo modesto, como el club. Tenía una grada en Tribuna y otra con cuatro peldaños. Todo lo demás ha crecido muchísimo después de mi paso", recuerda "hoy ya no reconozco al club que es uno de los grandes de la Liga".

"El Madrigal era todo para el equipo. Porque los entrenamientos se hacían allí ya que no había campo auxiliar ni ciudad deportiva. Si teníamos algún problema por mal tiempo o algo similar, el equipo se entrenaba en una cancha de baloncesto que había cerca. Era un club muy humilde, aunque tenía fama de pagar bien y siempre".

Compañero del portero Molina

En el Villarreal, Javi coincidió con "muchos jugadores que tenían ya tiempo en la plantilla y otros nuevos. Estaba con nosotros el portero Molina (más tarde internacional con España). Era un equipo que tenía dificultades para mantener la categoría en Segunda División. Nos salvamos en la última jornada, ganando (0-1) al Cádiz en el Carranza. Ese día el Castellón perdió con el Pontevedra como local (1-2) y fue el que descendió. Ya se podrán imaginar cómo fue todo esto en la provincia".

Javi II, como se le conocía en el Villarreal, estaba en realidad en la génesis del cambio del club castellonense porque desde su ascenso a Segunda en 1992 se produjo el cambio que le ha llevado a estar en la Liga Profesional hasta la actualidad, con dos ascensos a Primera (1998 y 2000), además de una colección de éxitos nacionales e internacionales coronados con el subcampeonato de Liga de 2007-08 o las semifinales de la Liga de Campeones de 2005-06.

"Lo que más me asombra ha sido la capacidad que ha tenido para mejorar. En mi época estaba el primer equipo y una plantilla juvenil. Ahora tiene muchos conjuntos en su cadena, capta jugadores y dispone de una gran ciudad deportiva. Y, además, tiene la misma gran afición pero multiplicada", señala.

Javi Melián hijo, a la derecha, en un partido contra el Villa (C. Torres)

En aquel entonces, Javi residiía en Benicasim. "Estaba casado, vivía en un dúplex a media hora de distancia en coche. El Villarreal era un club modesto pero atendía muy bien a sus profesionales", comenta. "Hoy, quienes estuvimos allí, nos asombra ver hasta dónde ha llegado. Es un grande de la Liga y de Europa".

De Villarreal, Melián se quedó con un año memorable. Y también "de allí procede mi hijo, Javi, que es ahora futbolista (centrocampista) de la UD Lanzarote". En aquella génesis del submarino de la Liga había un canario.