Una de las máximas de Quique Setién es la capacidad de pase, la posesión y, a partir de ahí, todo lo demás. El entrenador reconoció que para ser el primer encuentro los amarillos habían recibido bien el mensaje que intentar implantar en el juego de los grancanarios. Los datos de la posesión del cuero es un reflejo de ello: Las Palmas tuvo un 57% del tiempo el balón, mientras el Villarreal lo gozó en 43%.

La posesión es también un arma defensiva. El problema añadido es el estado del terreno de juego, que no fue leal con el equipo que más veces intentó llegar al área adversaria. Las Palmas realizó más operaciones de ataque y disparó a puerta sensiblemente por encima del Villarreal. La síntesis es que el equipo de García Toral se desfiguró más que los amarillos grancanarios.

Es sólo el inicio de lo que Setién quiere modificar en un equipo al que el punto le sirve para, al menos, no lucir el farolillo rojo de la clasificación.