Un futuro sin destino
12/11/2015

Por Aridane González

La lucha canaria en general está acostumbrada a vivir de sobresaltos, a golpe de improvisaciones o a solucionar los problemas con decisiones puntuales como si sólo se tratase de un grupo de amigos que juegan a cualquier cosa en un barrio cualquiera de Canarias. Créanme que escribir este artículo me ha costado más esfuerzo emocional y personal que cualquier informe profesional de los que acostumbro a redactar, pero creo que es hora de empezar a levantar la voz, no podemos seguir a la deriva y cometer los mismos errores del pasado. Esos errores llevaron a que la lucha prácticamente desapareciera de los terreros de Gran Canaria y los aficionados perdieron toda su confianza en nuestro deporte. Creo que en los últimos cuatro años se han realizado esfuerzos importantes para que esta isla tenga el nivel que merece y no podemos permanecer con los brazos cruzados ante el desgobierno apreciable que daña la competición.

Como todos sabrán esta Liga Insular empezó siendo lo más atractivo del cartel luchístico y se ha convertido durante casi cuatro semanas en la mayor vergüenza y el mayor chasco para todos: equipos, directivos, luchadores, patrocinadores y aficionados. Somos lo que somos porque la gente va a los terreros a disfrutar de un espectáculo tradicional y deportivo; si les maltratamos luego no lloremos porque no nos vienen a ver. El penúltimo problema ha sido la gestión de la mutua deportiva. La Federación Insular culpa a la Regional y viceversa. Sinceramente me da igual, las dos partes se han equivocado tantas veces, con perjuicio especial en esta ocasión para Gran Canaria, que ya ni me paro a pensar. Lo importante es dónde está la solución y hasta cuándo. Lo que me decepciona en esta caso concreto es la gestión del presidente de la Federación Insular, José Antonio Caballero, pues no puede prometer cosas y luego intentar presionar a los clubes para que solucionen un error que es federativo. Para eso está la federación, para trabajar en pro de nuestro deporte y de todos sus clubes y luchadores. Aquí me gustaría aclarar que ciertos directivos parecen ser presidentes de la federación, quieren organizar y obligar a los demás a tomar decisiones solo por su propio interés.

Esto es una constante caja de sorpresas. La culpa de no tener el dinero de las licencias, prometidas a ser pagadas con la subvención del Cabildo ahora resulta ser de Lucas Bravo de Laguna, último consejero de deportes. Pero, ¿qué se ha hecho desde la salida de Lucas hasta la entrada del nuevo consejero? Las elecciones fueron en mayo y este problema estalla en octubre. Hubo tiempo más que suficiente para trabajar por la lucha canaria y asegurar una competición digna, que no empezara y se obligara a la paralización porque una de sus piezas elementales estaba incompleta: el Seguro Obligatorio del deportista.

¡Parece que ahora hay solución! Vuelve este jueves la lucha, pero... ¿alguien ha visto el calendario? Es un nuevo problema que se solucionará con la negociación semanal de los clubes para tener las mejores condiciones físicas de todos los deportistas. Lo fácil suele ser lo más conveniente, entonces ¿por qué se construye un calendario así sin respeto a los deportistas ni a los espectadores? ¿Creen que podemos tener la mejor liga cuando los luchadores casi no podrán entrenar?.

Otra historia asombrosa es que durante los últimos tres años nos quejemos de que los terreros se quedan pequeños para las finales de liga. Que existe el riesgo por las apreturas sin obviar que cualquier responsabilidad recaería en los organizadores. Porque gran parte de los terreros no están acondicionados para albergar de forma adecuada al número de espectadores que hemos tenido en todas las finales recientes. El Cabildo ofrece la alternativa del Gran Canaria Arena, aportando además un terrero tradicional de arena en él. Pero mantenemos la decisión inicial. Este recinto asegura un aforo suficiente para no dejar a nadie sin disfrutar de una final y, además, aporta todas las garantías de seguridad para un evento de esta magnitud cumpliendo escrupulosamente toda la normativa de seguridad actual. El ofrecimiento va paralelo a la consideración de la Liga Insular de Gran Canaria como un evento de alta calificación en el calendario del Instituto Insular de Deportes. Tenemos la oportunidad de adaptar la lucha a los grandes espectáculos que los aficionados demandan y preferimos taparnos los oídos. No; ésto no puede seguir así.

En definitiva, esta federación debe hacer un análisis profundo de sus capacidades y de las necesidades de este deporte. Quizás se necesiten cambios, quizás sólo se necesite responsabilidad en los cargos que se representan y entender al completo qué somos, qué queremos y qué debemos hacer por y para el bien de la lucha canaria.

Aridane González es 
Aficionado a la Lucha Canaria y directivo del C.L. Unión Agüimes

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