Cuando el base le cogió la onda al partido, el equipo local pasó del incómodo 29-32 del descanso a +9 en el marcador
B. Pérez
Dos Pangos, dos Gran Canaria. El base titular canadiense fue un jugador determinante en la quinta victoria de la fase previa de la Eurocup, este martes. El Gran Canaria no depende exclusivamente de él, pero sí le condiciona. El juego pegajoso de Le Mans no lo entendió en los primeros ocho minutos de partido, cuando le tocó dirigir la batuta desde el comienzo. Se atascó en el tiro (cero canastas tres intentos, dos de ellos en triples; además de dos tiros libres malogrados). Pangos se enredó y, con él, el equipo, que cedió terreno pero no peligrosamente. Aíto le sentó tras ese tiempo para dar aire al equipo con Oliver.
El otro Pangos salió del banquillo y en seis minutos revolucionó al Gran Canaria. La reflexión para abordar el tercer cuarto fue fundamental. Su puntería también en ese segundo momento en que jugó cambió: dos triples y dos canastas en cuatro lanzamientos totales; diez puntos, dos asistencias y el Gran Canaria pasó del incómodo 29-32 al encarrilado 48-39.
El base prometedor aprende día a día y comprende que cada partido, en cada competición, es distinta. Omic, en cambio, está entonado. Le va la marcha de la Eurocup. Se anima, se eleva y conecta con la grada. Con 19 puntos en su haber y 27 de valoración, el pivot puede sentir que parte de este billete de continuidad en el torneo tiene su firma. Omic, de momento, es uno sólo, con sus aciertos y sus desatinos.