B.P.

Los rostros de jugadores y técnicos de Las Palmas Atlético delataban el disgusto general. La abundancia de caucho reciclado, que no ha logrado una mezcla correcta con la fibra sintética del césped artificial, hace que el estadio Anexo se convierta en una especie de playa de este material; espesa, irregular y lenta. El peligro a lesiones musculares es lo siguiente para unos competidores tan exigentes como los del equipo filial amarillo y sus rivales.

Este miércoles hubo un ensayo general. Tonono Rodríguez, director de formación y captación de la UD Las Palmas, ha escuchado a técnicos de filiales del club y también a futbolistas. Los informes verbales son negativos. En cada bote, un problema para controlar el balón; en unas zonas más que en otras. "El campo necesita pisarse más, utilizarlo más tiempo para que se pueda encontrar un estado óptimo. Con el tiempo ocurrirá. Ahora mismo está mejor que hace unos días pero es insuficiente", aclara el jefe de filiales.

Los futbolistas bromean incluso al referirse a la herramienta de peinado del rectángulo. Consiste en un pale de madera y unos cepillos alineados, insuficientes también para que las operaciones realizadas tengan efectividad inmediata. "Tecnología punta", bromea uno de los futbolistas al señalar.

A todo ello, el olor en el recinto hace más complicado estar en el recinto, por la prontitud con las que se resecan las gargantas. De momento, no está para el uso. Caucho, caucho, cuacho ... "Tenemos chapapote hasta en la sopa". Y sobraron casi medio centenar de talegas de una tonelada cada una.