B.P.

El partido entre Las Palmas Atlético y el Arucas tuvo un sorprendente final. Porque el técnico del conjunto visitante, José Juan Almeida, debió de ser controlado por algunos futbolistas para que no se aproximara a Mingo Oramas. El entrenador de Las Palmas Atlético restó, sin embargo, importancia al incidente. "Son cosas del fútbol", dijo a Tinta Amarilla para subrayar. "Para mí no pasó absolutamente nada. Fue un partido limpio en líneas generales, con dos equipos deseosos de sacar los tres puntos".

Sin embargo, pasados algunos minutos, Almeida seguía enojado en la puerta del vestuario del Arucas. Su enfado se había trasladado del trío arbitral -fue amonestado por ello en la fase final del encuentro- al banquillo adversario, según sus propias palabras: "Igual digo algo de lo que más tarde me voy a arrepentir", significó. Pero centró sus comentariose sobre el partido diciendo que "hemos venido aquí a ganar el encuentro. Hubo alguno del bando contrario que pensó que vendríamos a pasar el rato. El Arucas es un equipo humilde y pobre y sale a ganar en todos los campos de juego. Hicimos hasta donde nos dejaron hacer. A ver si nos cambia la suerte porque hay cosas que ... me voy a morder la lengua porque no quiero perjudicar al club".

"Estoy contento con el rendimiento de mis jugadores, pero terminas indignado cuando te intentan faltar el respeto", dijo. "A la Unión Deportiva la queremos todos, no sólo los que están en el club ahora. Nosotros también tenemos derechos y sentimientos. La vida es como el fútbol, como dice Alvaro Pérez: es doblemente redonda".

Se refirió al colegiado con "pequeñas cosas que te van minando y al final te pasan factura. Hay, por ejemplo, una falta a favor (del Arucas). El árbitro, con buen criterio, la pita pero tarda en pitarla. Y luego hay una agresión (referida a la de Marrero sobre Malick). Y al final, una falta a favor nuestra nos costó quedarnos con diez".