B.P.

Desde que llegó a Gran Canaria y mostró su tarjeta de presentación, Quique Setién aclaró cuáles son sus condiciones en el juego del equipo que ahora adiestra para la salvación en Primera: sacar el balón desde las trincheras aunque el camino esté lleno de obstáculos. "Lo que sí me preocupa es no cometer errores groseros en defensa; trataremos de evitarlos", puntualizó.

Además, el preparador cántabro tiene en cuenta como un riesgo asumible el encajar goles en el campeonato si existen pérdidas muy cercanas a la portería. Porque, como ha explicado, el beneficio que existe con este modelo es mayor a la larga. Los jugadores le siguen al pie de la letra.

El 2-1 del Athletic puede ser ilustración de todo ello. En dos ocasiones el balón cayó en botas canarias que evitaron el patadón para resolver cualquier incógnita. Al contrario, trataron de jugarlo con una salida combinada desde la zona de retaguardia. Pero en dos ocasiones también el balón fue cazado por los saboteadores que había dispuesto el Athletic hasta que, por fin, Iñaki Williams se presentó ante Varas para batirle de un disparo raso.

No fue la única oportunidad en que ocurrió, aunque sí en esta hubo el finiquito del gol vizcaíno. Pero a la larga, con el partido al completo, el punto cayó del lado canario que logró ante el Athletic dar un paso más en su progresión.

Ganó esta vez la teoría de Setién, que también aplican otros técnicos, aunque un sector del público quizá habría comprendido que era mejor eludir complicaciones en momentos donde el Athletic apuraba para compensar lo que no era capaz de fabricar con su fútbol. Esta manera de entender la competición merece la complicidad dentro y fuera del campo. El error, grosero o no, siempre precede o merodea un gol. De lo contrario, hablaríamos de partidos defensivamente perfectos porque no existirían fallos que facilitaran la llegada del balón a las redes.

Pero los datos generales son los que pueden avalar esta teoría. Desde que llegó Setién hace diez encuentros, Las Palmas logró 12 puntos, en 3 victorias, 3 empates y 4 derrotas, con 12 goles a favor y 13 en contra. Y esa es el único aval que obtendría su teoría.