Eibar clonó lo que algunos rivales vienen realizando en las últimas jornadas cuando los amarillos dominan los partidos a base del fútbol de toque. Los armeros se desarmaron con dos expulsiones cuando el colegiado aplicó con rigor el reglamento
M.B.
La SD Éibar elevó este jueves tanto el listón con el reglamento que finalmente se desplomó en los diez minutos finales del primer partido de octavos de final de la Copa. El conjunto armero dio más de una vuelta de tuerca a una máxima que se viene aplicando en las últimas jornadas y que podría interpretarse bajo esta leyenda: Si la UD Las Palmas maniobra con su fútbol de toque, leña. El equipo guipuzcoano volvió a superar la veintena de faltas cometidas, doblando las cometidas por los amarillos. Y si la historia se repite ... el 'factor casualidad' se desvanece.
Desde que llegó Quique Setién, en los diez partidos de Liga de Primera la UD Las Palmas ha cometido una cantidad de faltas parecidas a sus contrarios, salvo en casos muy llamativos como fueron el del empate en Valencia (1-1), en la derrota frente al Español (1-0) y las dos últimas jornadas frente a Granada (4-1) y Athletic Club (2-2).
El entrenador cántabro ya se ha quejado con amplitud en las ruedas de prensa posteriores a los últimos partidos, con secuelas en forma de antesala de lesiones (Vicente o Wakaso regresan con golpes de la batalla copera). El equipo amarillo ha dominado en posesión la mayoría de los encuentros en la era Setién, algunos de manera insultante. Y el número de faltas rivales provocan situaciones abortivas en las operaciones de ataque grancanaria. Ese es, al fin y al cabo, el objetivo perseguido.
El Eibar tocó fondo, pese a las quejas de su entrenador Mendilíbar que asocia el marcador a las expulsiones. Pero no se esmeró en explicar por qué sus jugadores forzaron tanto que acabaron viendo las dos tarjetas rojas. El Granada, en el Estadio de Gran Canaria, también llegó a irritar muchísimo a los amarillos hasta que Biraghi.
Es el peaje que ha de pagar un equipo que domina el juego en sociedades. Hay mucho en juego pero ya es buen síntoma para la salud del juego de la UD Las Palmas que los rivales abusen de la herramienta de la falta para frenarles. Sin embargo, el equipo isleño no puede caer en las redes del ojo por ojo: si hay leña, paciencia y más toque.
