Juan Pedro Borrego

Histórico, fantástico. 81-71. El Gran Canaria logró este sábado meterse, por primera vez en su historia, en la finalísima de la Copa del Rey de baloncesto. Lo hizo con una victoria fraguada en el tramo final del encuentro, remontando 19 puntos en contra que llegó a distanciarle del Bilbao. Pero, como hiciera en los cuartos de final contra el Valencia, el equipo de García Reneses firmó un extraordinario último cuarto de partido para voltear el marcador y sentenciar con una actuación pletórica en todas las facetas del juego. Su rival este domingo, a las 18.00 hora canaria, es el Real Madrid.

El equipo de García Reneses, que en dos temporadas ya ha garantizado dos finales con el club grancanario, tuvo una mala salida en el partido y le costó meterse en él. Al descanso, tenía 12 puntos de desventaja, pero todo cambió en los últimos diez minutos cuando toda la maquinaria amarilla funcionó de forma aplastante, mientras los vascos se hundieron sin encontrar el aro rival.

Esta es otra final para el Gran Canaria en la era Aíto García Reneses. El técnico firma otro logró del Herbalife en su segundo año en el club. Fue un partido muy sufrido, que llegó a ser hasta desalentador por la marcha del electrónico, el técnico madrileño ha logrado rescatar a los isleños de esa dinámica de fallar cuando más cerca se está de la gloria. El Bilbao tenía contra las cuerdas al Granca en el ecuador del tercer cuarto, y en ese momento, pareció que el paso del tiempo benefició a los insulares ante un rival que se desinflaba progresivamente.

El equipo fue en el partido de menos a mucho más, hasta acabar asfixiando a un Dominion Bilbao que llegó a tener hasta 19 puntos desventaja en el marcador. Eran descorazonadores los dos primeros cuartos del equipo de García Reneses que ni tenía suerte en el tiro, ni lograba defender con proximidad los lanzamientos vascos.

El Gran Canaria veía muy de lejos su paso histórico a la final de la Copa del Rey (55-36), cuando Aguilar recuperó a los amarillos en el final del tercer cuarto, en el que la velocidad de anotación descendió vertiginosamente producto del esfuerzo defensivo de ambos bandos. A los amarillos les llegó entonces la inspiración en el tiro exterior justo en el momento en el que la perdió el Bilbao. Se producía, además, en el mejor momento del partido. A poco del final, el Bilbao se estaba quedando sin fuelle mientras el Herbalife parecía más oxigenado.

La profundidad de banquillo estaba jugando su papel. Báez, a menos de dos minutos del final, conseguía una anotación importante desde el perímetro. Con 69-75 el Bilbao se vio obligado a exigirse desde el arco, donde no estaban teniendo inspiración. Además, el rebote ya era absolutamente de color amarillo y en las segundas opciones, Salin y el ala-pivot dominicano ponían la puntilla desde más allá de los 6,75 metros para éxtasis de la expedición grancanaria en La Coruña.

Ficha del partido:

71 Dominion Bilbao (22+24+9+16): Hannah (20), Bertans (13), Mumbrú (17), Bogris (8), Hervelle (6) -equipo inical-, Slezas, Ruoff, Borja, Todorovic (2), López (5) y Suárez.

81 Herbalife Gran Canaria (15+19+14+33): Oliver (18), Salín (12), Newley (4), Báez (10), Omic (9) -equipo inicial-, Pangos (9), Savané (1), Seeley (6), Paulí, Rabaseda (4) y Aguilar (8).

Árbitros: Antonio Conde, Benjamín Jiménez y Calatrava. Eliminado por faltas Hervelle (m. 36)

Incidencias: Semifinal de la Copa del Rey. Coliseum de La Coruña. 10.000 espectadores.

(En edición)