M.B.

Hay que seguir las palabras de Quique Setién para entender el papel que están jugando algunos futbolistas en el modelo de la UD Las Palmas actual. Hubo jugadores que entendieron a bote pronto lo que necesitaba o lo que requería el técnico y que tras varios entrenamientos pasaron a ser titulares, como Vicente Gómez o Tana -ausentes este día-. Hubo otros que tardaron algunas jornadas en hacerse con los apuntes buenos y comprender cómo convencer al entrenador cántabro.

En ese caso está Momo Figueroa. El ‘de menos a más' del zurdo grancanario es evidente. Y a la postre, tal como se está expresando en cada una de las últimas jornadas, es Momo un futbolista ideal para actuar con la partitura de Setién, creciéndose para ofrecer las mejores prestaciones de las dos últimas temporadas.

Momo fue el galáctico esta noche en el Gran Canaria. Su tarjeta de presentación en el partido fue un control de espaldas de un balón elevado que aterrizaba entre dos rivales en ataque. A partir de ahí, en cada una de sus intervenciones había criterio, tenían sentido y le daban al equipo la profundidad requerida para llevar el temor a la armada de Zidane.

El Momo de 2016 se transforma para encajar en el proyecto y hacerlo de manera determinante. Ha tardado más, pero lo ha comprendido mejor y cada día tiene un valor añadido sus balones. Ya no es el Momo veloz del Xerez, el que llevó al equipo andaluz hasta la Primera División. Ahora es un jugador más pausado, que protege como nadie el cuero con esa pierna izquierda que juega al billar con el balón de fútbol. Se han comprendido mutuamente Setién y él o ambos modelos.

Estuvo además bien rodeado en esta actuación. Todos sus compañeros, pese a la derrota, se fueron con nota ante el Real Madrid. Pero él la bordó. Fue el galáctico del partido. Pepe tendrá que revisar cómo le quebró con un túnel improvisado. Y Zidane echará un vistazo a la jugada del 1-1, donde el zurdito de los amarillos quebró a la defensa por su sector y envió un balón perfecto, para una perfecta ejecución de Willian José.

Se hablará poco de los vencedores morales del encuentro. Momo lo es, aunque su rasquera tenga que ver con un tanteador que aún deja cosas por hacer en el campeonato.

Galería: C. Torres